La aventura de la ballena Berta y el bebé Benito


Había una vez en un lejano océano, una ballena llamada Berta. Berta era una ballena curiosa y amigable, siempre buscando nuevas aventuras.

Un día, mientras nadaba por las profundidades del océano, Berta encontró un botón brillante que flotaba en el agua. Intrigada, decidió llevarlo consigo y buscar su origen. Mientras tanto, en la orilla, un bebé llamado Benito jugaba con su bota favorita, cuando de repente la bota salió volando y cayó al mar.

La bota flotó hasta llegar cerca de Berta y el botón. Berta y Benito se encontraron de esta manera, cada uno con un objeto misterioso. -¿Qué es eso que tienes ahí? -preguntó Berta. -Es un botón, lo encontré en el fondo del océano.

Y tú, ¿qué es esa cosa brillante? -respondió Benito. -Es un botón, lo encontré flotando en el agua. ¿Qué te parecería si trabajamos juntos para descubrir de dónde vienen estos objetos? -propuso Berta.

Benito asintió con entusiasmo y subió a la espalda de Berta. Juntos emprendieron un emocionante viaje en busca de respuestas. Durante su travesía, se encontraron con un burro navegante llamado Bartolo, quien les dijo que había visto recientemente un barco naufragado que perdía cosas por la borda.

Siguiendo las indicaciones de Bartolo, Berta y Benito nadaron hasta llegar al barco abandonado. Allí encontraron un biberón perdido que brillaba con destellos dorados. -¡Este debe ser el tesoro escondido que todos buscaban! -exclamó Berta emocionada.

Pero justo en ese momento, una fuerte corriente arrastró a Benito y el biberón lejos de Berta. La valiente ballena emprendió una intensa persecución para rescatar a su pequeño amigo. Finalmente, logró alcanzar a Benito y lo protegió con su inmenso cuerpo.

Juntos, lograron regresar al océano, donde fueron recibidos con alegría por Bartolo. El burro, agradecido, les entregó un billete de viaje para que pudieran explorar otros mares.

Con el tesoro en sus manos y nuevas amistades en su corazón, Berta y Benito regresaron a la superficie, donde fueron recibidos con algarabía y sorprendente amor.

Y así, la amistad entre la ballena curiosa y el bebé aventurero, se convirtió en una leyenda que inspiró a todos a trabajar juntos y apreciar la amistad en todas sus formas.

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