La Aventura de la Bandera y el Abundante Bundito
Érase una vez en un pueblo pequeño llamado Lumbundo, donde vivían una bandera colorida llamada Bunda y un adorable perrito llamado Bundito. Bunda era la bandera del colegio, siempre ondeando orgullosamente en el patio, y Bundito era el perro aventurero del barrio, conocido por sus travesuras.
Un día, mientras Bunda ondeaba alegremente, Bundito se acercó con un brillo travieso en sus ojos.
"¡Hola, Bunda! ¿Te gustaría ir a una aventura conmigo?" - preguntó con entusiasmo.
"¡Claro, Bundito! Pero, ¿a dónde vamos?" - respondió Bunda con curiosidad.
"Vamos a explorar el bosque de Lumbundo. Dicen que hay un lugar lleno de flores que nunca antes hemos visto", dijo Bundito.
Así, emprendieron su aventura, saltando entre los árboles y corriendo por prados llenos de flores. Mientras corrían, Bunda le explicó a Bundito sobre la importancia de ser valiente.
"Siempre es bueno ser valiente, Bundito. A veces, lo que más tememos puede resultar en algo maravilloso" - decía, mientras envolvía su tela en el viento.
De repente, se encontraron con un enorme puente colgante que cruzaba un río.
"¡Mirá, Bunda!" - dijo Bundito, mirando el puente. "¿Te animás a cruzar?"
Bunda dudó un instante.
"No estoy segura, Bundito. Pareciera que podría caerse..." - dijo la bandera con un poco de miedo.
"Pero si nos quedamos aquí, nunca veremos las flores mágicas. ¡Vamos!" – instó Bundito.
Con un profundo suspiro, Bunda decidió ser valiente y juntos comenzaron a cruzar el puente. Sin embargo, de repente, uno de los tablones crujió y se rompió. Bunda gritó.
"¡Ay, nos vamos a caer!"
"¡No, no! ¡Sólo sigue adelante!" - exclamó Bundito, animándola.
Y así, Bunda y Bundito corrieron, uno al lado del otro, cruzando el puente en un abrazo de valentía. Llegaron al otro lado y, para su sorpresa, un jardín lleno de flores brillantes los recibió.
"¡Lo logramos!" - gritó Bundito emocionado.
"Sí, ¡mira qué hermosas son!" - respondió Bunda, sonriendo ampliamente.
Exploraron el jardín lleno de flores canción, y en el centro encontraron un gran número de mariposas que danzaban alegremente.
En ese momento, Bundito tuvo una idea.
"Podrían estar tristes si no tienen a nadie que las celebre. ¡Hagamos una fiesta!" - exclamó, moviendo la cola.
"¡Genial! Justo como en el festival de Lumbundo, pero flores y mariposas ahora!" - Bunda se entusiasmó.
Trabajaron juntos, liberando a las mariposas y decorando el jardín con las flores más hermosas. Cuando todo estuvo listo, Bundito empezó a ladrar con alegría, y pronto todas las criaturas del bosque llegaron. Era una fiesta de colores y música donde las flores brillaban y las mariposas danzaban.
El tiempo pasó volando, y al final de la fiesta, Bundito y Bunda se sentaron juntos, felices y cansados.
"Hoy aprendí que la valentía puede llevarnos a descubrir cosas increíbles", dijo Bunda, agotada pero satisfecha.
"Y también que compartir la alegría hace que todo sea más especial" - agregó Bundito, mirando cómo se desvanecía la luz del día.
Así, a través de su día lleno de aventuras, Bunda y Bundito regresaron a casa con el corazón rebosante de felicidad, sabiendo que la amistad y el coraje son lo más importante de todos. Y desde entonces, cada vez que Bunda ondeaba en el colegio, siempre recordaría ese día en el jardín mágico de Lumbundo, junto a su valiente amigo, Bundito.
FIN.