La aventura de la bondad
Había una vez en un mágico bosque, un unicornio llamado Brillito, una bruja buena llamada Melina y un lobo amistoso que se llamaba Colmillo. Ellos siempre ayudaban a los demás y hacían del bosque un lugar feliz. Un día decidieron salir a explorar más allá de su hogar, llenos de curiosidad y ganas de hacer nuevos amigos.
Mientras caminaban, llegaron hasta un río lleno de peces coloridos que nadaban armoniosamente. Pero, ¡oh sorpresa! No todo era paz, ya que había unos peces muy traviesos que, aunque no parecían peligrosos, ¡mordían a quien se acercara a ellos!"¡Cuidado, amigos!" - dijo Brillito, viendo cómo los peces hacían burbujas y movían sus aletas inquietos.
"¡No se preocupen!" - respondió Melina, "tenemos que encontrar una forma de ayudar a esos peces a estar más tranquilos. n"Yo puedo nadar cerca de ellos y hacerles preguntas" - propuso Colmillo, que siempre estaba dispuesto a ayudar.
"Pero si muerden, Colmillo, ¡eso no es seguro!" - le advertió Brillito.
Colmillo solo sonrió y se acercó al agua. Cuando se sumergió, los peces comenzaron a morderlo, pero él no se asustó. Con su gran valentía, se quedó hablando con ellos.
"¿Por qué muerden?" - preguntó Colmillo.
"Porque estamos asustados y queremos proteger nuestro hogar" - contestó un pez de color azul brillante.
Colmillo, haciendo uso de su educación y comprensión, les explicó:
"Entiendo su miedo, pero nosotros venimos en paz. No somos una amenaza. ¿Qué les parece si hacemos un trato?"
Malina se unió a la charla.
"Podemos ayudarlos a construir un lugar donde se sientan seguros, así no necesitan morder a nadie."
Los peces miraron entre sí y se sintieron aliviados.
"¿De verdad nos ayudarían?" - preguntaron, un poco incrédulos.
"¡Sí!" - exclamó Brillito, que ya había tenido una idea maravillosa.
Y así, juntos comenzaron a trabajar. Con habilidades mágicas de Melina y la fuerza de Colmillo, habilitaron refugios de algas donde los peces pudieran esconderse, haciéndoles sentir seguros. Pero mientras trabajaban, comenzaron a notar que había dos figuras extrañas que los observaban desde las sombras: una bruja de mirada fría y un lobo que parecía muy peligroso.
"¿Quiénes son ustedes?" - preguntó Melina, con valentía.
"Yo soy la Bruja Oscura y este es mi lobo, Sombra. Venimos a tomar este lugar para nosotros y no permitiré que ustedes lo arruinen con sus bondades."
Los amigos se miraron, pero no se dejaron amedrentar.
"¡No lo permitiremos!" - exclamó Brillito.
"Este lugar pertenece a todos, incluidos los peces" - agregó Colmillo, apoyando a su amiga.
"Pero ustedes son tan débiles…" - respondió la Bruja Oscura, burlona.
"La bondad es nuestra fuerza. Juntos somos más fuertes de lo que piensas, ¡y así lo vamos a demostrar!" - afirmó Melina.
Después de un tenso intercambio de palabras, comenzó una disputa mágica. La bruja malvada disparaba hechizos mientras Colmillo y Brillito se movían rápido, protegiéndose y protegiendo a los peces.
Finalmente, Colmillo tuvo una idea brillante.
"¡Los peces! Ellos son parte de nuestra fuerza ahora!" Y llamó a los peces que previamente habían ayudado.
"¡Ayúdennos! ¡Muéstrenles que también pueden defender su hogar!"
Los peces, sintiendo el apoyo, comenzaron a nadar en círculos acelerados, creando un remolino que sorprendió a la bruja y a su lobo. De repente, la Bruja Oscura se dio cuenta de que su plan había fracasado. Las intenciones bondadosas de Brillito, Melina y Colmillo superaron su maldad.
"¡Regresaremos más fuertes!" - prometió, antes de desaparecer en la noche.
Los buenos, al ver que habían ganado, se abrazaron con alegría.
"¡Lo logramos!" - exclamó Brillito.
"No solo protegimos el bosque, también hicimos muchos amigos" - añadió Melina contenta.
"Siempre hay que enfrentarse a la maldad con bondad y valentía" - concluyó Colmillo.
Desde ese día, los amigos se hicieron los Guardianes del Bosque, enseñando las virtudes de la solidaridad y el trabajo en equipo a todos los seres que habitaban allí. Así aprendieron que la bondad y la valentía siempre prevalecen y que, a pesar de las apariencias, todo ser puede transformarse si encuentra el apoyo y la comprensión de los demás.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.