La Aventura de la Clase 5-C



Era un día soleado en la escuela N° 52, y el patio estaba lleno de risas y juegos. Los alumnos de la clase 5-C estaban en plena recreo, disfrutando de sus momentos de diversión. La maestra, la querida Señorita Valeria, miraba desde su oficina, sonriendo al ver cómo sus estudiantes se divertían.

"Che, ¿y si hacemos una obra de teatro?" - sugirió Lucas, el más inquieto del grupo, mientras jugaba al fútbol con sus amigos.

"¡Sí! Pero, ¿de qué la hacemos?" - preguntó Sofía, que siempre tenía buenas ideas.

"Podemos hacerla sobre un dragón que quiere ser amigo de todos" - propuso Julián, con sus ojos brillantes de emoción.

Todos se entusiasmaron con la idea del dragón amistoso y comenzaron a darle forma a su historia. Así que se pusieron a trabajar, cada uno asignando un papel. Lucas sería el dragón, Sofía sería la princesa, y Julián se encargaría de narrar la historia.

Todo marchaba bien, hasta que la Maestra Valeria salió a ver qué estaban tramando.

"¿Qué están haciendo, chicos?" - preguntó con una sonrisa.

"Vamos a hacer una obra de teatro, Señorita Valeria, y vos tenés que ser la reina" - dijeron todos al unísono.

La maestra, sorprendida pero divertida, asintió con la cabeza.

"¡Está bien! Pero primero, tienen que ensayar. Busquen todos los materiales que necesiten y dibujen el escenario en la pizarra" - dijo Valeria, dando un paso al frente.

Los chicos se pusieron a trabajar. Al instante, el patio se llenó de cartulinas, colores y risas. Comenzaron a escribir los diálogos y a crear los disfraces con lo que tenían a mano.

Pasó un rato, y ya todos estaban emocionados. Pero de repente, una nube oscura apareció en el cielo y comenzó a llover. Todos se preocuparon porque el patio se llenaría de barro.

"No puede ser, ¡y nosotros que estamos listos para empezar!" - exclamó Lucas angustiado.

"No importa, hagamos la función dentro del aula" - propuso Sofía.

Corrieron a buscar las sillas y las carpetas para adaptarlas como butacas. Y así, mientras llovía, comenzaron a representar su obra improvisada. Desde el fondo, la profesora Valeria no podía dejar de sonreír al ver la pasión de sus alumnos.

"¡Oh, querido dragón, no tengas miedo!" - dijo Sofía, con una voz melodramática "Hoy voy a ser tu amiga".

"¿Amiga? ¡Pero yo soy un dragón feroz, con escamas y fuego!" - respondió Lucas en voz alta, provocando risas en sus compañeros.

Cada uno de ellos se sumaba al juego, y lo que había comenzado como una simple propuesta se transformó en una experiencia inolvidable. Tanto que al final, el aula estaba llena de aplausos y carcajadas.

Cuando la obra terminó, la señora Valeria se puso de pie.

"Chicos, ¡esto fue increíble! Nunca subestimen el poder de la creatividad, incluso cuando las cosas no salen como lo planeaban" - dijo, llena de orgullo.

"Gracias, Señorita Valeria, ¡fue lo más!" - exclamó Julián.

"Y también aprendimos que siempre podemos adaptarnos a nuevas situaciones, ¿no es cierto?" - remachó la maestra, guiñando un ojo a sus alumnos.

Fue un día emocionante que no solo unió más al grupo, sino que también les otorgó una valiosa lección sobre la amistad y la flexibilidad. Y así, la clase 5-C demostró que, a veces, la lluvia puede ser la mejor aliada para poner a prueba su imaginación. Al final del día, regresaron a casa con sonrisas y un recuerdo que jamás olvidarían.

Como diría el dragón de la obra: "¡No hay que tenerle miedo a lo inesperado!"

FIN.

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