La Aventura de la Clase Valiente
Era un día tranquilo en la escuela primaria 'Los Arcoíris'. Los chicos y chicas estaban en clase de ciencias naturales, aprendiendo sobre la importancia de cuidar el medio ambiente. El profesor, el señor González, les explicaba sobre cómo las plantas purifican el aire cuando de repente, se escucharon fuertes sirenas provenientes de la calle.
- ¡¿Qué es ese ruido? ! - preguntó Sofía, mirando por la ventana.
- No sé, pero parece que algo extraño está ocurriendo - respondió Julián, mientras comenzaba a juntar sus cosas.
De repente, el salón se llenó de gritos. Los chicos miraron a través de la ventana y vieron una visión aterradora: ¡una multitud de zombies caminando torpemente por la calle!
- ¡Son zombies! - gritó Lucas, ahogando un llanto.
- Calma, chicos - dijo el señor González, tratando de tranquilizarlos. - No podemos dejar que el miedo nos paralice. Recordemos que en equipo podemos enfrentar cualquier situación.
Los niños se miraron entre sí. Aunque tenían miedo, también sentían que podían hacer algo.
- ¡Yo tengo una idea! - exclamó Valentina. - Si los zombies están aquí, tal vez lo que más necesitan es un poco de color y alegría.
- ¿Cómo? - preguntó Nacho, confundido.
- ¡Podemos pintar pancartas con mensajes positivos y salir a mostrarlas!
- Sí, ¡eso podría funcionar! - afirmó Sofía con entusiasmo.
Así que se pusieron manos a la obra. Rápidamente, cada uno buscó hojas de papel y colores. La maestra dejó que usaran los materiales que había recolectado para el reciclaje. Mientras dibujaban, el ambiente se llenó de risas y complicidad.
- ¡Veamos qué mensajes podemos crear! - dijo Julián, y todos comenzaron a escribir:
- “¡Vengan a bailar con nosotros! ”
- “¡Los zombies también necesitan amigos! ”
- “¡Un zombie puede cambiar! ”
Cuando terminaron, se agruparon, y junto al señor González, salieron al patio.
- Sea lo que sea que pase, no podemos tener miedo - dijo el profesor. - Mostremos nuestro mensaje.
Mientras salían al aire libre, los zombies se acercaron, pero lo hicieron lentamente. La multitud parecía un poco perdida, con esa mirada vacía. Entonces, los chicos alzaron las pancartas.
- ¡Zombis! - gritaron todos. - ¡Vengan a bailar con nosotros!
Los zombies, al escuchar las voces alegres de los chicos, comenzaron a tambalearse al compás de la música que salió de un altavoz que alguien había encontrado. Los niños comenzaron a bailar y a cantar canciones divertidas. A medida que los zombies se acercaban, los chicos se dieron cuenta de que no eran realmente aterradores.
- ¡Miren! - dijo Valentina - ¡Ellos quieren unirse!
- Al contrario de lo que pensábamos, ¡los zombies también saben divertirse! - agregó Sofía.
Así, entre risas y movimientos, los chicos y los zombies empezaron una fiesta. La música resonaba, y el miedo se transformó en risas y amistad.
Finalmente, los zombies comenzaron a hacer coreografías torpes, pero llenas de alegría. Los chicos se acercaron a ellos con amabilidad y comprensión.
- ¡Tal vez solo necesitaban un poco de amor y comprensión! - dijo el señor González.
La gran sorpresa fue que, al volver a la escuela, los zombies empezaron a convetirse en personas normales.
- ¡Felicidades, chicos! - dijo el profesor, al ver la transformación. - El miedo es solo una ilusión. Con amor y creatividad, podemos celebrar la diversidad y demostrar que todos tienen algo especial.
Los niños aprendieron que, a veces, las cosas que parecen asustadoras pueden ser solo oportunidades para ver la vida de una manera diferente.
Juntos, bailaron y celebraron su valentía, llevando el espíritu de la clase 'Los Arcoíris' más allá de las paredes del salón. Todos comprendieron que el amor y la amistad siempre pueden vencer al miedo.
Y desde ese día, los zombies no solo fueron los personajes de una historia, sino amigos que enseñaron a los chicos que no hay que tenerle miedo a lo desconocido.
FIN.