La Aventura de la Ética en el Jardín de Infinito



En el Jardín de Infinito, un colegio donde la alegría y el aprendizaje son siempre protagonistas, un grupo de educadores trabajaba unido para ofrecer lo mejor a sus alumnos. En ese lugar, cada día traía nuevas sorpresas y desafíos.

Un día, la profesora Ana, una docente de música conocida por su creatividad, se encontró con un problema inesperado. La semana siguiente se llevaría a cabo la gran muestra de talentos del colegio, y muchos alumnos estaban entusiasmados. Sin embargo, Ana notó que algunos estudiantes, como Carlos y Sofía, no se estaban preparando lo suficiente para sus actuaciones.

"¡Tengo una idea!" - dijo Ana a su colega Julián, el profesor de matemáticas. "Podríamos organizar ensayos extra para ayudar a los que no tienen confianza. Sería una gran manera de demostrar el compañerismo que siempre promovemos aquí."

Julián asintió, pero tenía dudas: "Ana, pero… ¿no sería mejor dejar que cada uno se prepare solo? La competencia es parte del aprendizaje."

Ana respondió, "Entiendo tu punto, Julián, pero también creo que cada niño tiene derecho a recibir apoyo. Si pueden trabajar en equipo, quizás se sientan más seguros y se diviertan."

Después de un largo debate, decidieron llevar a cabo la idea de Ana. Avisaron a todos los estudiantes sobre los ensayos extras y los invitaron a participar sin presión. La emoción era palpable.

Sin embargo, al día siguiente, un rumor empezó a circular entre algunos estudiantes: "Si no practican en los ensayos, no se merecen actuar en la muestra. ¡Es injusto para los que sí ensayan!" - comentó Lila, una alumna que se sentía increíblemente competitiva.

Ante esta situación, Ana y Julián organizaron una reunión con los alumnos. En el aula, cada uno pudo expresar sus sentimientos. "No quiero quedarme fuera de la muestra, pero tampoco quiero hacer sentir mal a mis compañeros" - dijo Sofía con un hilo de voz.

Ana, siempre atenta, les preguntó: "¿Qué significa para ustedes el compañerismo? ¿Cómo pueden apoyar a sus amigos sin dejar de lado sus propios deseos de brillar en el escenario?"

Los estudiantes comenzaron a hablar sobre la importancia de ayudar a los demás: "Si ayudamos a nuestros compañeros, todos brillamos más en la muestra", comentó Carlos. "Tal vez podríamos hacer una actuación en grupo y dividirnos las partes. Así nadie se siente solo."

Celebrate la idea, Ana aplaudió. "¡Eso es! Cuando trabajamos juntos, cada uno aporta algo único. Recuerden, la ética en el compañerismo es fundamental: apoyar a uno, a todos."

Con renovado entusiasmo, los chicos empezaron a ensayar, combinando sus talentos y ayudándose mutuamente. Las horas de práctica no solo fortalecieron sus habilidades, sino que también crearon un lazo especial entre ellos.

Unos días después, llegó el gran día. La muestra de talentos fue un éxito rotundo. Todos los estudiantes brillaron en el escenario, y la alegría y el compañerismo desbordaban del área escolar. Al finalizar, Ana tomó el micrófono y dijo: "Hoy no solo hemos visto el talento, ¡hemos visto la verdadera esencia del Jardín de Infinito!"

Todos aplaudieron. Julián se volvió hacia Ana con una sonrisa y murmuró: "Tenías razón, el compañerismo creó algo mágico."

Desde aquel día, en el Jardín de Infinito, se recuerda que la ética no solo está en hacer lo correcto, sino en apoyarse y crecer juntos, creando lazos fuertes que perduran más que cualquier competencia. Y así, la canción de la amistad siguió sonando en el aire del colegio, un canto que todos llevaban en sus corazones.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!