La Aventura de la Familia García



Era un día soleado en el tranquilo barrio donde vivía la familia García. Damian, un niño de diez años, estaba en el patio de su casa jugando con sus amigos, cuando de repente escuchó a su mamá llamarlo desde la cocina.

"¡Dami! Vení, por favor, te necesito aquí", dijo su mamá con un tono amistoso.

Damian se acercó corriendo, intrigado por el llamado. Al entrar, encontró a su mamá y a su hermana menor, Lila, trabajando en algo.

"¿Qué están haciendo?", preguntó Damian.

"Estamos preparándonos para la feria de ciencias de la escuela", respondió su mamá. "Lila y yo pensamos en crear un volcán que erupciona de verdad. Necesitamos tu ayuda", explicó.

"¡Eso suena genial! ¿Qué tengo que hacer?", dijo Damian emocionado.

La familia García decidió que cada uno tendría un rol. Lila se encargaría de la decoración, su mamá de la investigación, y Damian, que siempre había sido muy bueno con los experimentos, se encargaría de la parte científica.

Durante la semana siguiente, los tres trabajaron muy duro. Ellos pasaron noches enteras en la cocina, mezclando ingredientes y construyendo el volcán con papel maché y pintura. Fue un trabajo en equipo en el que aprendieron mucho sobre la ciencia de las erupciones volcánicas.

Una noche, sin embargo, mientras estaban trabajando, una gran tormenta comenzó a azotar el barrio. Los truenos resonaban y la lluvia caía con fuerza.

"Ay, ¿y si se corta la luz?", preguntó Lila con miedo.

"No te preocupes, Lila. Podemos usar una linterna y seguimos trabajando", respondió Damian tratando de calmarla.

A pesar de la tormenta, la familia García decidió seguir adelante con su proyecto. Se acomodaron en la mesa de la cocina con la linterna y continuaron. Esta experiencia hizo que se unieran más, compartiendo risas y anécdotas mientras trabajaban en su volcán.

Llegó el día de la feria de ciencias, y aunque estaban un poco nerviosos, también estaban muy emocionados. Cuando llegó su turno de presentar, Damian se puso frente al público.

"¡Hola a todos! Somos la familia García y hoy les mostraremos nuestro volcán que erupciona", anunció con una gran sonrisa.

Lila hizo una bonita presentación, explicando los materiales que usaron y el proceso que siguieron. La mamá de Damian, con su apoyo, mostró los diferentes tipos de erupciones que los volcanes pueden tener. Finalmente, Damian se preparó para la gran erupción.

"¡Aquí viene!", gritó emocionado mientras vertía el líquido que habían preparado, y de repente, el volcán comenzó a erupcionar con colores vibrantes y burbujeantes. Todos los niños presentes gritaron de emoción.

Pero lo más sorprendente fue que, justo cuando estaban en medio de la presentación, la tormenta que había afectado su hogar hizo su regreso. Un apagón repentino apagó las luces, y el volcán siguió erupcionando en la oscuridad. Las luces de las linternas de los demás niños comenzaron a brillar, iluminando el volcán como si fuera un espectáculo de fuegos artificiales.

"Increíble, ¡es como una erupción mágica!", exclamó uno de los chicos en la audiencia.

La familia García terminó de presentar su proyecto entre aplausos. Todos se convirtieron en los favoritos de la feria, no solo por lo que habían creado, sino también por la energía y el amor con que lo habían hecho.

Al finalizar, el jurado dio los premios y, para sorpresa de todos, la familia García ganó el primer premio por su volcán único y su gran trabajo en equipo.

"Esto fue lo mejor que hemos hecho juntos", dijo Lila abrazando a Damian y a su mamá.

"Así es, trabajar juntos siempre trae buenos resultados. La próxima vez, ¿qué les gustaría hacer?", preguntó su mamá.

Los tres comenzaron a pensar en nuevas ideas, esperando con ansias otra aventura juntos.

Esa noche, al volver a casa, Damian miró a su familia y sonrió. Sabía que no solo habían creado un volcán, sino también recuerdos que durarían para siempre.

FIN.

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