La Aventura de la Familia Solidaria
Había una vez en un vecindario lleno de árboles y flores, una familia muy unida: los Martínez. Estaba compuesta por cuatro miembros: papá Juan, mamá Ana, la pequeña Sofía de siete años y su hermanito Lucas de cinco. En esta familia, todos tenían sus tareas y responsabilidades, pero lo más importante era que todos se ayudaban mutuamente.
Una mañana, Sofía se despertó emocionada. "¡Hoy es el día de la aventura familiar!"- gritó.
Lucas, con su voz despierta, dijo: "¿Vamos a la montaña?"-
Mamá Ana sonrió y explicó: "No, hoy vamos a hacer algo diferente. Vamos a plantar un árbol en el parque de la ciudad. ¿Qué les parece?"-
Papá Juan añadió: "¡Eso suena genial! ¡Todos podemos ayudar! Porque todos somos parte de esta familia y podemos hacer grandes cosas juntos."-
Así que, después de desayunar, cada uno se preparó. Sofía se puso su gorra favorita, Lucas tomó su pala de juguete y papá Juan llevó una pala grande. Aunque mamá Ana no estaba segura de poder cargar la tierra, ella también se llevó unos guantes y una bolsa con accesorios para ayudar. Al llegar al parque, se encontraron con un grupito de niños jugando.
"¡Hola! ¡Estamos plantando un árbol!"- les gritó Sofía.
"¡Qué bien! Queremos ayudar!"- dijeron los niños.
Ana se agachó y les explicó. "Claro que sí, todos pueden ayudar. Recuerden que no importa si son chicos o grandes, todos podemos hacer algo para cuidar de nuestro planeta."-
Así que se pusieron manos a la obra.
Lucas y sus nuevos amigos cavaron con sus palas mientras Sofía llevó la tierra en la bolsa. Papá Juan, con una gran sonrisa, guiaba a todos para que hicieran su trabajo bien.
"Necesitamos que todos pongan un poco de tierra, viene que yo los ayudo a los más chicos"- animó Juan.
Cuando llegaron al lugar para plantar el árbol, todos estaban un poco cansados, pero muy felices. Sofía miró a mamá Ana y dijo: "Mamá, me gusta mucho que todos trabajamos juntos, así no se siente pesado."-
Mamá Ana le sonrió y le contestó: "Exactamente, Sofía. Cuando todos colaboramos, el trabajo se hace divertido. Tanto chicos como grandes, todos somos importantes en la familia."-
Pero de repente, un viento fuerte sopló y comenzó a levantarse algo de tierra. Sofía se asustó. "¡Oh no!"- gritó.
Lucas, viendo que su hermana se asustaba, corrió hacia ella. "No te preocupes, Sofi. ¡Yo estoy aquí!"-
Papá Juan enseguida intervino: "Así es, Lucas. Siempre hay que cuidar unos de otros. Juntos podemos enfrentar cualquier cosa."-
Finalmente, lograron plantar el árbol.
Mamá Ana, muy emocionada, exclamó: "¡Lo logramos! Ahora podemos venir siempre a verlo crecer. ¡Y será un lugar donde todos podremos jugar juntos!"-
Cuando llegó la tarde, la familia se sentó a descansar bajo el árbol recién plantado. "Estoy orgullosa de lo que hicimos. Es importante que aprendamos a trabajar juntos y compartir las tareas, no importa quiénes seamos,"- decía mamá.
"Sí, porque todos somos parte de este equipo llamado familia,"- añadió papá.
Sofía y Lucas se miraron y sonrieron, sabiendo que en su familia todos importaban y que, juntos, podían hacer grandes cosas.
Desde ese día, en el parque había un árbol que representaba el trabajo y la unión de la familia Martínez. Y cada vez que alguien pasaba, recordaba que, igual que ellos, todos pueden contribuir a hacer del mundo un lugar mejor, siempre con el apoyo y el amor de la familia.
FIN.