La aventura de la gallina en busca del hogar perfecto


Había una vez una gallina llamada Carmela que vivía en un establo en el campo. A pesar de tener compañeros de granja y un lugar seguro para dormir, Carmela anhelaba un hogar más acogedor donde pudiera sentirse verdaderamente feliz. Un día, decidió emprender un viaje en busca de su hogar ideal.

Carmela partió del establo y caminó por el campo. En su camino se encontró con un árbol hermoso. "Hola, árbol. ¿Puedo vivir bajo tu sombra?" -preguntó Carmela con ilusión. "Lo siento, pequeña gallina. Aquí no hay un lugar apropiado para ti", respondió el árbol con amabilidad.

Sin desanimarse, Carmela continuó su camino y llegó a un jardín repleto de flores de vivos colores. "Hola, flores. ¿Puedo vivir entre ustedes?" -preguntó Carmela sonriente. "Lamentablemente, no sería lo mejor para ti, querida gallina. Aquí nosotras necesitamos espacio para crecer y no podríamos cuidarte como mereces", explicaron las flores.

Carmela agradeció a los amables habitantes del jardín y siguió su recorrido. Finalmente, llegó a una acogedora casa en el campo. "Hola, casa. ¿Podría vivir contigo?" -preguntó tímida pero esperanzada. La casa, con su ventana iluminada, respondió con calidez: "Claro que sí, Carmela. Aquí tendrás un lugar seguro y cálido para vivir".

Feliz de haber encontrado por fin su hogar, Carmela se acomodó en la casa y pronto se dio cuenta de que había tomado la mejor decisión. Una familia amorosa la cuidaba, le daban deliciosos granos de maíz y cariño sin medida. Carmela se sentía plena y feliz en su nuevo hogar. Desde entonces, cada vez que salía a pasear por el campo, recordaba con gratitud el viaje que la llevó a encontrar su lugar perfecto en el mundo.

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