La Aventura de la Justicia en el Bosque Mágico
Había una vez, en un hermoso bosque lleno de árboles altos y flores de todos los colores, un pequeño pueblo llamado Justicia. Los habitantes de Justicia eran animales que siempre se ayudaban entre sí. Pero un día, algo extraño comenzó a suceder.
Los animales notaron que algunos de ellos no estaban recibiendo lo que les correspondía. El sabio búho, Don Sabio, decidió convocar a todos para hablar del problema.
"Queridos amigos, tenemos que resolver este asunto de injusticia en nuestro bosque. ¿Alguien tiene alguna idea?" - dijo Don Sabio.
La pequeña ardilla, llamada Silvi, levantó la patita.
"Yo vi que la tortuga, Doña Tuga, no estaba recibiendo sus verduras del huerto. ¡Es un desastre!"
Los demás animales comenzaron a murmurar.
"Sí, sí, y también la rana, Rani, no ha tenido comida desde hace días!" - exclamó el conejo, saltando de emoción.
"Pero, ¿quién es el responsable?" - preguntó la ardilla.
Fue entonces que el lobo, llamado Lobo Justiciero, se ofreció para investigar.
"Nadie pasará hambre en nuestro bosque, prometo descubrir la razón de esta injusticia" - dijo con determinación.
Lobo Justiciero comenzó su búsqueda preguntando a todos los animales que conocía. Habló con el zorro, que era conocido por ser astuto.
"Zorro, ¿tú sabes quién podría estar causando este problema?" - preguntó el lobo.
"No tengo idea, debería preguntarle a la serpiente, ella siempre se enreda en todo."
Lobo Justiciero fue a buscar a la serpiente, que estaba escondida bajo una roca.
"Serpiente, ¿tú tienes algo que ver con las verduras que no llegan a las tortugas y ranas?"
"No, claro que no, pero vi al pato, Pato Ponderado, llevarse muchas verduras del huerto" - respondió.
Lobo Justiciero decidió hablar con Pato Ponderado. Cuando llegó al estanque, encontró al pato disfrutando del sol.
"Pato, hemos notado que algunas verduras están desapareciendo. ¿Sabes algo?" - le preguntó.
Pato se puso nervioso y empezó a tambalearse.
"Eh... bueno, yo solo... eh... pensé que podría compartir unas pocas... pero no lo hice bien..."
Lobo Justiciero decidió hablar con el resto de los animales.
"Amigos, parece que Pato confundió el compartir con tomar todo para él. La justicia está en compartir, no en quitarle a los demás" - dijo Lobo.
Todos los animales comenzaron a murmurar sobre la importancia de la justicia y la generosidad.
La pequeña ardilla, Silvi, tuvo una idea.
"¿Por qué no hacemos una fiesta para repartir lo que tenemos? Así todos tienen lo que merecen y Pato puede aprender. ¿Qué les parece?"
Todos se entusiasmaron y comenzaron a planear la gran fiesta de la justicia.
El día de la fiesta, cada animal llevó algo para compartir. Pato Ponderado, al principio tímido, decidió llevar muchas verduras y compartirlas con todos.
"Me doy cuenta de que no es justo tener todas las verduras para mí. ¡Es mucho más divertido compartir!" - dijo Pato con una gran sonrisa.
Al finalizar la fiesta, todos los animales se sintieron felices y satisfechos.
"Hoy aprendimos que la justicia se trata de cuidar y compartir, de pensar en los demás" - concluyó Lobo Justiciero emocionado.
Y así, en el bosque de Justicia, se celebró la amistad y la generosidad. Desde ese día, los animales siguieron cuidándose unos a otros, aprendiendo que la verdadera justicia comienza cuando todos somos considerados y generosos.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.