La Aventura de la Limpieza en Pre-Kinder A
Era un día soleado y fresco en el Jardín de Infantes Arcoíris, donde la profesora Eli esperaba a sus pequeños alumnos: Martín, Mariana, Victoria y Esteban. Hoy tenía una misión muy importante: enseñarles sobre la limpieza y el cuidado de su salón de clases.
"¡Buenos días, niños!" saludó la profesora Eli con una gran sonrisa. "Hoy vamos a aprender por qué es tan importante mantener nuestro salón limpio y ordenado. ¿Están listos para una aventura?"
"¡Sí!" gritaron todos al unísono, llenos de entusiasmo.
La profesora Eli sacó un gran mapa del aula. En el mapa, había marcados cuatro tesoros que debían encontrar, pero para conseguirlos, debían hacer una limpieza del salón.
"Para encontrar el primer tesoro, necesitamos recoger toda la basura que dejamos en el aula. ¡Vamos!" dijo la profesora.
Los niños comenzaron a mirar alrededor. Martín, que estaba muy emocionado, dijo:
"Yo vi un papelito en la esquina. ¡Voy a buscarlo!"
Mariana, buscando por el otro lado, encontró unos lápices que estaban tirados en el suelo.
"¡Miren! Aquí hay más cosas. ¡Qué desorden!" comentó ella.
Victoria, siempre amable, agregó:
"Sí, debemos ayudar a nuestro salón a estar bonito. ¡Es nuestro segundo hogar!"
Esteban, que todavía era pequeño pero muy valiente, gritó:
"¡Yo puedo ayudar! Voy a apilar los libros que están desordenados."
Los niños empezaron a limpiar y, mientras lo hacían, se dieron cuenta de lo importante que era cuidar del aula. Descubrieron juguetes olvidados, cuadernos de dibujos y hasta algunas galletitas desmenuzadas en el rincón.
"Ups... eso no está bien. La próxima vez, debemos comer en la mesita de las merenditas," dijo Mariana, mientras recogía los restos de las galletitas.
Cuando terminaron la primera parte de su misión, la profesora Eli les mostró cómo clasificar la basura: papeles en una caja, plásticos en otra y los juguetes en su lugar.
"¡Muy bien! Ahora que todo está limpio, podemos buscar el primer tesoro", explicó la profesora.
Los niños saltaron de alegría. Buscando por toda el aula, Martín encontró un pequeño baúl escondido detrás de la pizarra.
"¡Acá está!" gritó, mientras lo abría con emoción.
Dentro del baúl había una brújula de juguete y un mensaje que decía: "Para seguir la aventura, ¡no olviden cuidar su entorno!"
"Esto es genial, pero necesitamos mantener nuestro aula igual de linda para el siguiente tesoro", reflexionó Victoria.
La profesora Eli sonrió.
"Exactamente, amigos. Cada vez que recojan su basura y mantengan limpio su lugar, el aula se transformará en un lugar mágico. ¡Vamos por el segundo tesoro!"
Siguieron buscando y, para su sorpresa, encontraron cartas con instrucciones sobre cómo reciclar. Esteban, que siempre prestaba atención, leyó:
"¡Podemos hacer manualidades con esto!"
"Sí, pero antes debemos asegurarnos de no dejar basura!" agregó Martín, recordando lo aprendido.
Después de mucho esfuerzo, los niños finalmente encontraron el tercer tesoro: un cuaderno donde podían dibujar todo lo que habían aprendido sobre la limpieza y el reciclaje.
"¡Qué divertido! A partir de hoy, ¡escribiré mis ideas sobre mantener nuestra clase ordenada!" acotó Mariana.
Cuando pensaron que ya no quedarían más tesoros, la profesora Eli les dijo que había uno más escondido en el patio, pero debían trabajar juntos para que el aula quedara del todo ordenada. Los niños se miraron entre sí y decidieron organizar los materiales de arte. Abrazaron la idea de que un salón limpio no solo era bonito, sino que también ayudaba a crear un lugar donde aprender y jugar juntos.
Al final, la profesora Eli y sus alumnos disfrutaron de un merecido descanso y, después de limpiar, todos se sintieron muy felices con los resultados.
"¡Nuestro salón ahora brilla!" dijo Esteban, mientras sonreía.
"Y todo porque trabajamos juntos," agregó Martín.
"Ahora podemos dibujar y crear sin distracciones," reflexionó Victoria.
"Aprendimos que la limpieza es muy importante para vivir en un lugar lindo," concluyó Mariana.
Y así, los pequeños aventureros de Pre-Kinder A no solo encontraron tesoros, sino que también aprendieron a cuidar su entorno y la importancia de la limpieza. Desde ese día, cada vez que algo caía al suelo, todos sabían lo que debían hacer: ¡recogerlo para mantener su aula como el lugar especial que era!
Y colorín colorado, este cuento se ha terminado.
FIN.