La Aventura de La Maestra Marta y el Perrito Wonka



Había una vez en un colorido y alegre barrio, una niña llamada Luz que adoraba jugar a ser maestra. Un día, decidió organizar una clase con su amigo, el perrito Wonka, que pertenecía a sus tíos. Wonka era un perro muy travieso pero también muy cariñoso, y siempre estaba dispuesto a jugar.

Un soleado día, Luz se preparó para su gran clase. - 'Hoy seré la maestra buena', dijo con una gran sonrisa. - 'Wonka, vos serás el alumno más travieso', agregó mientras le acariciaba el lomo.

Cuando comenzó la clase, Luz tomó una tiza y escribió en la pizarra: "Las cosas buenas y malas". - 'Primero quiero hablar de lo que está bien. ¡Wonka, vení! ¡Vamos a aprender sobre la bondad!', exclamó.

Pero mientras hablaba, Wonka decidió que la clase era un buen momento para explorar. Se fue corriendo por la casa y comenzó a olfatear todos los rincones. Luz lo miró y dijo, - '¡Wonka! ¡Vuelven a la clase!', pero el perrito seguía corriendo.

Luz, un poco enojada, decidió que era hora de sacar su lado de “maestra mala”. - '¡Si no venís a clase, Wonka, no habrá galletitas después!', gritó. Cuando Wonka escuchó eso, se detuvo en seco y volvió corriendo hacia su maestra.

- '¡Eso es todo, Wonka! ¡Ahora vamos a aprender sobre lo bueno que es ser obediente!', dijo Luz sonriendo. Poder jugar a la maestra buena y mala le daba mucha diversión.

Mientras seguían con la clase, Luz le explicó a Wonka que ser bueno significa ayudar a los demás. - 'Cuando sos bueno, la gente y los animales se sienten felices', le dijo.

De repente, sonó un fuerte ruido afuera. Era un grupo de niños jugando. - '¡Vea, ellos están divirtiéndose!', dijo Luz. - 'Pero al mismo tiempo, tenemos que ser responsables'.

Luz pensó en un plan. - 'Vamos a invitar a los niños a unirse a nuestra clase. ¡Haremos un divertido juego sobre ser buenos y malos!', dijo. Wonka movió la cola, emocionado.

Cuando Luz y Wonka salieron, encontraron a los niños. - '¡Hola! ¡Soy la maestra Luz y este es mi ayudante Wonka! Hoy vamos a aprender sobre cómo ser buenos, ¡pero con un juego!', anunció.

Los niños se emocionaron y aceptaron unirse. Así que Luz explicó las reglas. - 'Habrá dos equipos: el equipo de los buenos y el equipo de los traviesos. ¡Cada vez que alguien haga algo bueno, ganará un punto!', explicó.

Los niños comenzaron a jugar, y cada vez que hacían algo bueno, como ayudar a un amigo o compartir sus juguetes, Luz les daba un punto. - '¡Bien hecho! ¡Ustedes son el equipo de los buenos!', decía aplaudiendo.

Pero cuando alguien hacía algo travieso, como sacar los juguetes sin pedir, - '¡Oh no! ¡Ese punto es para los traviesos!', decía Luz con un tono juguetón.

Finalmente, después de mucho jugar, ambos equipos tenían casi la misma cantidad de puntos. - '¡Mejor mensaje no pude darles! Hay algo de bueno en todos nosotros', dijo Luz. Los niños aplaudieron y le agradecieron por la divertida clase.

Wonka, al ver la diversión, decidió hacer un truco. Hizo un giro y volvió a ladrar.

- '¡Y también ahí está el espíritu de un buen compañero! ¡Gracias Wonka!', gritó Luz entre risas. Los niños comenzaron a mirar a Wonka y aplaudieron.

Al final del día, Luz se sintió muy feliz. - 'Hoy aprendimos que todos podemos ser buenos y traviesos al mismo tiempo. ¡Importa el amor y la amistad!', dijo abrazando a Wonka.

Y así, Luz, Wonka y todos los niños volvieron a casa con una gran sonrisa y muchas enseñanzas. Desde entonces, siempre que Luz se vestía de maestra, lo hacía con la magia de la bondad y el amor.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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