La Aventura de la Mago en la Isla Secreta



Había una vez en un hermoso bosque encantado, una joven maga llamada Lina. Era conocida por todos los habitantes del bosque por su valentía y su gran corazón. Lina pasaba sus días ayudando a los animales, floreciendo los jardines y, sobre todo, protegiendo el mágico equilibrio del bosque.

Un día, al despertar, Lina escuchó un susurro entre las hojas. "Lina, ven rápido, por favor!" - era su amigo el búho Sabio. Lina corrió hacia el árbol más viejo del bosque, donde Sabio estaba posado en una rama. "¿Qué sucede?" - preguntó Lina con preocupación.

"Han robado la esencia mágica de la montaña escondida que protege nuestro hogar. Sin ella, el bosque y la isla secreta se verán en peligro. Necesitamos tu ayuda!" - exclamó el búho.

"¡Claro que sí! ¿Dónde se encuentra esa montaña?" - respondió la valiente maga.

Sabio le explicó que la montaña mágica estaba en el corazón de la Isla Secreta, a la que solo se podía llegar en luna llena. Entonces, a esa misma noche, Lina se preparó para la aventura, recogiendo sus pociones, un mapa antiguo y su varita mágica.

Al llegar a la playa de la isla, Lina se dio cuenta de que todo estaba cubierto de una neblina misteriosa. Sin embargo, con su varita iluminando el camino, avanzó decidida. De repente, un camino de flores brillantes apareció ante ella. Mientras caminaba, se encontró con un pequeño dragón llamado Floro, que estaba atrapado en una red.

"¡Ayuda! No puedo salir de aquí!" - dijo Floro, asustado.

"No te preocupes, dragón. Te ayudaré!" - dijo Lina, agitó su varita y la red se deshizo. Floro, agradecido, decidió acompañar a Lina en su misión.

"¿Cómo puedo ayudarte?" - preguntó Floro.

"Debemos llegar a la montaña mágica y recuperar la esencia robada. ¿Sabes cómo llegar?" - inquirió Lina.

"Sí, solo sigue ese camino de luz y estarás más cerca!" - respondió el dragón emocionado.

Juntos, Lina y Floro llegaron hasta la montaña, que estaba custodiada por un enorme guardián. "¿Quiénes se atreven a entrar?" - preguntó el guardián con una voz profunda.

"Soy Lina, la maga del bosque encantado, y estoy aquí para recuperar la esencia mágica que han robado!" - declaró Lina con valentía.

"Para atravesar, debéis demostrar que ambos sois dignos. Deben resolver el acertijo que planteo. ¿Cuántos días tiene una semana?" - preguntó el guardián.

"¡Siete!" - exclamó Floro y el guardián sonrió, abriendo el camino.

Al entrar a la montaña, hallaron una cueva brillante llena de piedras preciosas. En el centro, flotaba la esencia mágica, protegida por un hechizo. "Debemos trabajar juntos para liberarla", dijo Lina. Usando su magia y la valía del dragón, comenzaron a deshacer el hechizo.

"¡Ya casi lo logramos! ¡Yo puedo hacer el último empujón!" - gritó Floro, dando su aliento poderoso a la esencia.

Con un destello brillante, la esencia fue liberada. Justo en ese instante, el malvado hechicero de la isla apareció, furioso. "¿Cómo os atrevéis a interferir!" - gritó.

"No te dejaremos robar lo que no es tuyo!" - dijo Lina con determinación. Usando su magia, Lina y Floro lograron crear una barrera protectora alrededor de la esencia y, con un hechizo final, lograron vencer al hechicero.

El bosque encantado comenzó a brillar nuevamente y, con la esencia devuelta a su lugar, la montaña mágica reanudó su protección. Lina y Floro regresaron al bosque, donde fueron recibidos con aplausos. "Eres una verdadera heroína, Lina!" - exclamó Sabio.

"No lo hice sola. Floro fue valiente y juntos logramos lo imposible. El trabajo en equipo siempre es más poderoso!" - respondió Lina sonriendo.

Y así, la joven maga y el pequeño dragón se convirtieron en leyendas del bosque, recordando a todos que la amistad y la valentía son los mayores poderes de todos.

FIN.

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