La Aventura de la Ñ
Érase una vez en un pequeño pueblo llamado Letrasville, donde cada letra había tomado forma de un personaje muy especial. Todos los habitantes de Letrasville se llevaban bien, pero había uno que se destacaba más que los demás: la Ñ. Era una letra muy querida por todos, ya que era única y daba un toque especial a las palabras.
Un día, un grupo de inventores decidió modernizar los teclados de las computadoras. Se reunieron en un gran laboratorio repleto de dispositivos tecnológicos. La idea era simplificar todo, y para eso, decidieron que la letra Ñ sobraba y que debía ser eliminada.
"No puede ser tantas letras en los teclados, necesitamos algo más sencillo", dijo uno de los inventores llamado Ramón, mientras revisaba un teclado antiguo.
"Pero, Ramón, no te das cuenta de que sin la Ñ no podemos escribir palabras como 'año' o 'señor'", respondió Valentina, una joven inventora que siempre defendió la diversidad de la lengua.
Los inventores ignoraron las palabras de Valentina y comenzaron a trabajar en diseñar un nuevo teclado sin la letra Ñ. Al enterarse de esto, la Ñ, que estaba muy asustada, decidió hacer algo. Se reunió con sus amigos, la A, la E y la O.
"Amigas, ¡no podemos permitir que me eliminen! Sin mí, las palabras perderían su magia", dijo la Ñ con lágrimas en los ojos.
"¡Vamos a actuar!", exclamó la A. "Debemos demostrarles lo esencial que eres para nuestro idioma."
Así, las letras se propusieron a formar un plan. Comenzaron a crear palabras mágicas y llenas de significado que solo podían pronunciarse con la Ñ. Se reunieron en una plaza llena de colores y comenzaron a gritar:
"¡Long live the Ñ! ¡Sin ella, el español no sería el mismo!"
Cada vez que pronunciaban una palabra que contenía a la Ñ, ocurría algo extraordinario: flores de colores brillantes brotaban del suelo, y los objetos alrededor comenzaron a brillar.
Los inventores, al escuchar todo el alboroto, decidieron investigar qué estaba ocurriendo y se acercaron a la plaza. Ramón y Valentina se sorprendieron al ver a tantas letras juntas.
"¿Qué sucede aquí?", preguntó Ramón, asombrado.
"Nos estamos manifestando para que entiendan la importancia de la Ñ", respondió la Ñ, con valentía.
Valentina tomó la palabra: "No se trata solo de un símbolo, Ramón. La Ñ representa nuestra cultura, nuestra historia y, sobre todo, nuestra identidad. Sin ella, perderíamos una parte de nosotros mismos."
Los inventores comenzaron a darse cuenta de lo valiosa que era la Ñ. Se miraron entre sí, y Ramón fue el primero en hablar:
"Tal vez no debemos ser tan drásticos. Cada letra tiene su propia esencia, y la Ñ es fundamental para nuestro idioma."
A partir de ese día, los inventores decidieron modificar su proyecto. En lugar de eliminar la Ñ, optaron por mejorar los teclados para que incluyeran todos los caracteres, incluidos los especiales. La Ñ fue celebrada como la letra estrella de Letrasville, y todos aprendieron a usarla con orgullo.
La Ñ, feliz y agradecida, se sintió más fuerte que nunca, y junto a sus amigos, continuaron recorriendo Letrasville, recordando a todos lo importante que era cada letra y cada palabra.
Y así, desde aquel día, la Ñ nunca volvió a estar en peligro. En Letrasville, la diversidad lingüística fue celebrada y cada letra tuvo su lugar especial en el mundo.
Y colorín colorado, este cuento nunca se ha olvidado.
FIN.