La aventura de la pelota perdida


En un soleado día de verano, un grupo de niños se reunió en el parque para jugar. Entre risas y juegos, sacaron una pelota y empezaron a patearla de un lado a otro.

"¡Vamos a jugar al fútbol!" -gritó Lucas, el más entusiasta del grupo. Empezaron a armar dos equipos y a correr tras la pelota con gran emoción. Repentinamente, un mal pase desvió la pelota hacia el borde del parque, donde había una transitada calle.

"¡Oh no! ¡La pelota se fue hacia la calle!" -exclamó Valentina, preocupada. Todos los niños se asomaron y vieron cómo la pelota rodaba cada vez más lejos, hasta que finalmente cayó al suelo y fue recogida por un conductor que pasaba en su autobús.

Entonces, uno de los niños llamado Matías exclamó: "¡Tenemos que recuperarla! Vamos a pedir ayuda a los adultos!" Rápidamente, todos se dirigieron a un adulto que se encontraba en el parque y le contaron lo sucedido.

El bondadoso hombre se ofreció a ayudarlos, por lo que subieron al mismo autobús que se llevó la pelota y persiguieron al conductor hasta que finalmente lograron recuperarla.

Llenos de gratitud, los niños regresaron al parque y continuaron su divertido juego, aprendiendo la importancia de no jugar cerca de la calle. Al final del día, todos volvieron a sus casas cansados pero felices, con la lección aprendida y la pelota a salvo. El parque seguía siendo un lugar seguro y divertido para todos.

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