La aventura de la pequeña Pelota y la cereza mágica



En una hermosa y colorida tierra llamada Frutalinda, vivía una niña muy especial llamada Pelota. Pelota tenía el síndrome de Down, lo que la hacía diferente, pero también única y maravillosa. Un día, Pelota decidió aventurarse a explorar el mágico Bosque de las Frutas junto a sus amigos, el oso Meloso y la mariposa Sprinkle.

Caminaban entre los árboles frutales cuando de repente, Pelota vio una cereza brillante colgando de una rama. Con curiosidad, decidió acercarse y, al tocarla, la cereza comenzó a brillar intensamente. De repente, un hada apareció y le dijo a Pelota que esa cereza tenía un poder especial: concedía un deseo a aquel que la encontrara.

Emocionada, Pelota pensó en un deseo que pudiera ayudar a todos en Frutalinda. Decidió que quería que todos en su tierra aprendieran a valorar la diversidad y a ser amables con aquellos que son diferentes. Al pronunciar su deseo, la cereza brilló con aún más intensidad y luego desapareció.

Al regresar a su pueblo, Pelota notó que algo había cambiado. La gente sonreía más, se mostraba más amable y, lo más importante, empezaron a comprender que ser diferente era algo maravilloso.

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Pelota, emocionada, le dijo a sus amigos: “¡Nunca subestimemos el poder de un corazón amable y el valor de la diversidad! ”. Desde ese día, Pelota se convirtió en un símbolo de amor, amistad y aceptación en Frutalinda, recordando a todos que la magia de la cereza mágica había transformado sus vidas para siempre.

FIN.

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