La aventura de la Plantita Nutriente



Había una vez en un rincón soleado de un jardín, una pequeña planta llamada Verdina. Verdina vivía con muchas otras plantitas, pero ella siempre soñaba con ser la más alta y fuerte del jardín.

Un día, mientras asoleaba sus hojas verdes, escuchó a la Vieja Roble, el árbol más sabio del lugar.

"Verdina, si querés crecer fuerte, tenés que buscar nutrientes especiales. Sin ellos, nunca serás la más alta del jardín," dijo la Vieja Roble.

Verdina, emocionada, preguntó:

"¿Dónde puedo encontrar esos nutrientes?"

"Tendrás que ir a la Montaña de la Sabiduría. Allí encontrarás cuatro nutrientes especiales que te ayudarán a crecer: la Fe, el Amor, la Esperanza y la Paciencia," respondió la Vieja Roble.

Sin pensarlo dos veces, Verdina decidió embarcarse en esta emocionante aventura. Se despidió de sus amigas plantitas y puso rumbo hacia la montaña.

Mientras avanzaba, se encontró con un arroyo brillante.

"¿Cómo cruzaré este arroyo?" se preguntó.

De pronto, un pez saltó del agua y dijo:

"¡Hola, Verdina! ¿Por qué tan preocupada?"

"Necesito cruzar para encontrar mis nutrientes," respondió ella.

"Te ayudaré, pero primero tenés que contestar una pregunta. ¿Qué es la Fe?" preguntó el pez.

Verdina pensó y dijo:

"La Fe es creer en algo, a pesar de no verlo.”

- “¡Correcto! Ahora, salta sobre mí y cruzá el arroyo,” indicó el pez felizmente.

Verdina saltó y gracias a la ayuda del pez, llegó al otro lado. Continuó su camino hasta que se encontró con un campo donde las flores bailaban con el viento. En el centro, había una flor gigante que parecía estar triste.

"¿Qué te pasa, amiga?" le preguntó Verdina.

"No tengo amor en mi vida, ni nadie que me cuide. Sin amor, mis pétalos se marchitan,” contestó la flor.

Verdina recordó lo que había aprendido.

"El Amor es cuidar y servir a los demás. Si me ayudás a encontrar los nutrientes, te prometo que siempre te cuidaré,” ofreció Verdina.

La flor sonrió y le dio un rayo de amor. Con eso, Verdina sintió que su energía aumentaba.

"Gracias, ahora vamos juntas," dijo Verdina.

Finalmente, llegaron a la base de la Montaña de la Sabiduría. Para subir, había que ser pacientes y ayudar a otros. En el camino, encontraron a un chanchito que estaba atascado entre unas piedras.

"¡Sálvenme, por favor!" gritaba el chanchito.

"No te preocupes, vamos a ayudarte!" exclamó Verdina. Junto a la flor, empezaron a empujar las piedras.

"Tengan paciencia, juntos lo lograremos!" agregó la flor.

Después de un gran esfuerzo, lograron liberar al chanchito.

"¡Gracias! Ustedes son muy valientes y bondadosas, les daré un poco de esperanza para su camino," dijo el chanchito antes de irse.

Con la esperanza en sus corazones, Verdina y la flor continuaron su ascenso por la montaña. Finalmente, llegaron a la cima y encontraron una brillante fuente de nutrientes.

"¡Lo logramos!" gritaron juntas.

Verdina tomó un poco de cada nutriente: la Fe de creer, el Amor de ayudar, la Esperanza de seguir adelante y la Paciencia de esperar el momento adecuado. Luego, se sintió llena de energía y vitalidad.

"Soy más fuerte que nunca, ahora voy a regresar a casa," dijo Verdina emocionada.

Al volver a su jardín, todos la recibieron con alegría. Creció y se convirtió en la planta más bella del jardín, inspirando a otros a buscar también sus propios nutrientes para crecer.

"Recuerden, el verdadero secreto para crecer es tener Fe, Amor, Esperanza y Paciencia,” les decía a las plantitas pequeñas.

Desde entonces, Verdina no solo fue la planta más alta, sino también la más querida, porque sabía que todos, al igual que ella, necesitan de esos nutrientes para florecer en la vida.

FIN.

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