La Aventura de la Playa Mágica
Era un hermoso día de verano en la Playa Mágica, donde la arena era brillante y el agua un azul profundo. Murphy, la oveja, estaba emocionada por su día de playa con sus amigos: Penfold, el pingüino, Ruby, la coneja, y Chorlito, el loro. Todos habían planeado construir el castillo de arena más grande del mundo.
"¡Vamos, chicos!" - gritó Murphy, saltando de alegría. "Hoy haremos el mejor castillo de arena de la historia!"
"Sí, y será tan alto que tocará el cielo!" - añadió Ruby, moviendo sus orejas con ilusión.
Penfold, un poco más tímido, dijo: "Espero que no se caiga..."
Chorlito, que siempre tenía algo que decir, exclamó: "¡No te preocupes, amigo! ¡Solo hay que construirlo con mucho cuidado!"
Los cuatro amigos comenzaron su tarea. Murphy usó su hocico para hacer montones de arena. Ruby cavó con sus patas rápidas, mientras que Chorlito volaba alrededor, dando ideas sobre cómo decorarlo con conchas marinas y algas. Penfold, aunque era pequeño, aportó su espíritu al dirigir las construcciones.
Cuando finalmente lograron terminar el imponente castillo, estaban tan orgullosos que decidieron hacer una fiesta para celebrarlo. Mientras bailaban y reían, el cielo empezó a nublarse.
"Uh oh, veo nubes raras" - comentó Penfold.
"No hay que preocuparse, ¡es solo una lluvia pasajera!" - dijo Murphy. Pero rápidamente se dieron cuenta de que la lluvia estaba acompañada de viento fuerte.
De repente, una ola gigante se acercó, llevándose del castillo.
"¡NO!" - gritaron todos ellos.
"¡Rápido! Hay que rescatar lo que podamos!" - gritó Murphy en un intento de ser valiente.
Los amigos, aunque tristes, se unieron y decidieron no dejarse vencer.
"¡Podemos reconstruirlo!" - ofreció Ruby, tratando de animar a los demás.
"Pero esta vez, ¡lo haremos juntos!" - agregó Chorlito, reflexionando sobre lo que pasó. "No debería preocuparnos lo que se ha perdido, sino lo que podemos crear juntos."
Así que volvieron a empezar, arremangándose las patas y las alas. En lugar de un solo castillo, decidieron construir un gran parque de arena, lleno de túneles, puentes y todo lo que podían imaginar. Mientras trabajaban juntos, comenzaron a disfrutar del momento, olvidándose del viento y la lluvia.
Cuando terminaron, no solo crearon un parque, sino que también aprendieron una valiosa lección sobre la amistad y la perseverancia.
Al final del día, mientras el sol regresaba y el arco iris se formaba en el cielo, Murphy dijo: "¿Ven qué bueno es trabajar juntos? Hemos hecho algo aún mejor que un castillo."
"Sí, nuestros sueños son más grandes cuando los compartimos" - agregó Ruby.
"Y aunque enfrentemos obstáculos, siempre podemos volver a levantarnos" - concluyó Penfold, ahora mucho más seguro de sí mismo.
Chorlito dio un vuelo en círculo mientras cantaba: "¡Amigos para siempre es lo que somos!" Todos rieron y se unieron en un abrazo, felices de haber hecho algo maravilloso juntos en la Playa Mágica.
FIN.