La Aventura de la Princesa Beli y el Príncipe Josu
Un día soleado en el reino de Colorín, la princesa Beli y su hermano, el príncipe Josu, decidieron explorar el bosque encantado que rodeaba su castillo. Con su conejito negrito Tiki saltando alegremente detrás de ellos, los tres amigos se adentraron en la espesura.
"¿Dónde iremos hoy, Beli?" - preguntó el príncipe Josu, lleno de curiosidad.
"He oído que hay un arroyo mágico que brilla como el sol. ¡Vamos a buscarlo!" - respondió la princesa emocionada.
Mientras caminaban, el trío descubrió un sendero cubierto de flores de colores brillantes. Beli decidió recoger algunas para hacer un collar.
"Mirá, Josu, son hermosas. ¿No serían un buen regalo para mamá?" - comentó la princesa.
"¡Sí! Pero no te olvides de Tiki, él también quiere flores para hacerle a sus amigos en el bosque" - dijo Josu, mientras acariciaba al conejito.
Tiki, emocionado, comenzó a saltar entre las flores, e inesperadamente, tropezó con una piedra y cayó dentro de un arbusto espeso.
"¡Tiki!" - gritó Beli, corriendo hacia el arbusto.
"¿Estás bien, amigo?" - preguntó Josu, preocupado.
Cuando llegaron hasta el conejito, descubrieron que no estaba solo. ¡Había un pequeño zorro que lo había ayudado a levantarse!"¡Hola! Soy Zuri, el zorro del bosque. Estaba viendo cómo Tiki saltaba y me pareció muy divertido" - dijo el zorro divertido.
"Gracias por ayudar a Tiki, Zuri" - respondió Josu, aliviado.
Los nuevos amigos continuaron su camino juntos. Zuri les habló de un viejo árbol que, según la leyenda, hablaba y daba consejos a quienes se acercaban con un corazón sincero. La curiosidad de Beli y Josu se encendió aún más.
"¿No te gustaría escucharlo?" - sugirió Beli.
"¡Sí! Vamos a buscarlo!" - exclamó Josu.
Después de un rato de caminar, llegaron hasta el grandioso árbol. Tenía un tronco muy grueso y sus ramas se extendían como brazos acogedores. Al acercarse, sintieron una suave brisa que susurraba entre las hojas.
"¡Hola, pequeños!" - dijo el árbol con una voz profunda y amable. "Soy el árbol de los secretos. ¿Qué desean saber?"
"Queremos encontrar el arroyo mágico que brilla, pero no sabemos cómo llegar. ¿Podrías ayudarnos?" - preguntó Beli.
"Primero deben aprender algo muy importante. La magia no solo se encuentra en los lugares lejanos, sino que también está en el amor y los amigos que tenemos a nuestro alrededor. También está en ayudar a quienes más lo necesitan. ¿Están listos para ayudar?" - explicó el árbol.
Los hermanos asintieron, decididos a ser mejores amigos y ayudar a otros en su camino. El árbol les contó que había un pequeño pájaro atrapado en una red, que necesitaba su ayuda.
"¡Vamos a ayudarlo, Tiki!" - gritó Josu emocionado.
"¿Cómo llegaremos hasta él?" - preguntó Beli, pensando en cómo hacerlo.
Con la ayuda de Zuri, los tres fueron guiados por el bosque, hasta encontrar al pájaro atrapado en una red cerca de un arbusto lleno de bayas.
"¡Pobrecito! No te preocupes, vamos a liberarte" - dijo Beli, acercándose con cuidado.
"Tiki, ¡ayudá a Josu!" - ordenó el príncipe.
Tiki, con su pequeño cuerpo ágil, saltó para deshacer los nudos. Después de algunos esfuerzos, el pájaro pudo volar libre nuevamente.
"¡Gracias, gracias!" - gritó el pájaro, revoloteando encantado. "Yo soy Pico y como agradecimiento, los guiaré hasta el arroyo mágico".
Beli, Josu, Tiki y Zuri siguieron a Pico a través de senderos que nunca habían visto. El paisaje se volvió más hermoso a cada paso y, por fin, llegaron al arroyo.
El agua brillaba como el oro y pequeñas chispas de luz danzaban sobre su superficie. Decidieron llenar sus manos de agua y hacer un deseo juntos.
"Deseemos siempre tener aventuras divertidas y ayudar a los demás" - propuso Beli.
"¡Sí!" - gritaron Josu y Tiki al unísono.
Esa tarde, regresaron al castillo, felices por su aventura y por las enseñanzas del árbol. Habían aprendido que la verdadera magia reside en la amistad, la ayuda y el amor por los demás.
Al llegar, se dirigieron a su madre para contarle sobre su día. La reina sonrió, sintiéndose orgullosa de sus valientes hijos.
Desde ese día, cada vez que salían a explorar, siempre buscaban maneras de ayudar y aprender, llevando consigo la magia que habían descubierto en su corazón.
FIN.