La Aventura de la Profe Nerea



Era un hermoso día soleado en Carranque, y la profe Nerea se sentía emocionada mientras caminaba hacia la escuela. Era su primer día en la clase de 3 años y tenía muchas ganas de conocer a sus nuevos alumnos. Al abrir la puerta, se encontró con una sala llena de coloridos dibujos, juguetes regados por el piso y, lo más importante, unos caritas curiosas mirándola con asombro.

"¡Hola, chicos! Soy la profe Nerea. ¿Están listos para aprender y jugar juntos?" - dijo la profe con una gran sonrisa.

Los niños se miraron entre ellos sorprendidos. Uno de ellos, un pequeño llamado Julián, levantó la mano.

"¡Hola, profe! ¿Vas a hacer cosas aburridas como nos decía la anterior maestra?"

La profe Nerea rió y respondió:

"No, Julián. Aquí vamos a hacer mucha creatividad, juegos y aprender cosas nuevas. ¡Vamos a tener un día increíble!"

Los niños se emocionaron y comenzaron a charlar entre ellos. Sin embargo, la profe Nerea notó que en un rincón, una niña estaba jugando sola. Se acercó a ella.

"Hola, ¿cómo te llamas?"

"Soy Sofía..." - contestó suavemente.

"¿Te gustaría jugar con nosotros, Sofía?"

Sofía miró a su alrededor, dudando un poco.

"No sé si me gusta mucho jugar con otros…"

Nerea no se rindió. Recordó que una buena manera de hacer sentir cómodos a los niños era a través de la creatividad. Decidió proponer un juego especial para incluir a todos.

"¿Quieren jugar a un juego de creación? Vamos a formar nuestros propios animales con plastilina. ¡El que invente el animal más raro ganará un premio!"

Los niños se entusiasmaron rápidamente. Sofía sintió la emoción en el aire y se acercó para ver lo que hacían. Todos comenzaron a formar sus animales: un elefante azul, un pájaro con cerditos en lugar de patas y un pez con alas. Sofía, viendo que sus compañeros se divertían, decidió unirse.

"Yo voy a hacer un dragón que escupe lluvia de colores" - dijo con una gran decisión.

Con cada pequeño avance, la sala de la clase vibraba de risas y creatividad. Nerea se movía entre los niños, ayudando a darles ideas o simplemente admirando el trabajo de cada uno. Después de un rato, todos presentaron sus creaciones y el salón estalló en aplausos.

"Todos ustedes son artistas y han hecho animales sorprendentes. ¡Hoy ganamos todos!"

Sofía lucía feliz, como nunca antes la habían visto. Con una gran sonrisa, levantó su dragón de colores.

"¡Miren!"

"¡Es el más loco de todos!" - exclamó Julián.

"Sí, es impresionante, Sofía" - agregó Nerea.

Al final de la clase, la profe Nerea se sentía satisfecha. No solo había logrado que todos se divirtieran, sino que también había unido a los niños. Antes de irse, hizo un círculo con todos.

"Recuerden, chicos, cada uno de ustedes tiene una creatividad única. Siempre es importante compartir y jugar juntos. Mañana haremos otra actividad genial muy divertida, ¿les gustaría eso?"

"¡Sí!" - gritaron todos a coro.

Sofía, con una gran alegría en su voz, agregó:

"¡Y yo quiero ser la primera en crear otro animal loco!"

Nerea sonrió, sabiendo que había realizado un buen trabajo.

Y así, la profe Nerea no solo entró en la clase, sino que también se llevó consigo un grupo de pequeños exploradores listos para aprender y jugar todos los días. Cada clase sería una nueva aventura, y juntos, crearían recuerdos inolvidables.

"¡Nos vemos mañana, chicos!" - se despidió Nerea, mientras los niños la acompañaban con su energía contagiosa.

Y así, en el corazón de Carranque, comenzó una historia llena de risas, aprendizaje y mucha creatividad.

FIN.

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