La Aventura de la S Perdida



Era un día soleado en el pequeño pueblo de Verbópolis. Los niños jugaban y reían mientras aprendían a conjugar verbos con su querida profesora, la señorita Letra. Sin embargo, algo extraño estaba sucediendo: la —"s"  se había desaparecido. Al principio, nadie parecía notarlo, pero pronto, el caos se desató.

"Hoy yo aprendamos a conjugar el presente simple" - dijo la señorita Letra, sin poder ocultar su preocupación.

Mientras ella escribía en la pizarra, uno a uno, los verbos comenzaron a cambiar de forma. En lugar de escribir “Maria come una manzana”, todos en clase empezaron a decir “Maria come una manzana” con la significa de que nadie hacía nada.

Los alumnos se miraron confundidos. “¿Qué está pasando? ” preguntó Joaco, un niño valiente y curioso que no soportaba ver el caos en su clase.

"Algo no está bien, señorita Letra. Sin la s, las palabras no tienen sentido. ¡Debemos encontrarla!" - exclamó Joaco, decidido a resolver el misterio.

La señorita Letra asintió y dijo: "Claro, Joaco. Necesitamos a esa juguetona ‘s’ para que todo vuelva a la normalidad. ¡Vayamos a buscarla juntos!"

Ambos se adentraron en el bosque de las palabras, donde las letras corrían por aquí y por allá. El lugar estaba lleno de verbos saltarines y adjetivos coloridos, pero la 's' brillaba por su ausencia.

Bajo un árbol frondoso, se encontraron con Verbito, un anciano verbo que había visto muchas cosas en su vida.

"¡Hola, Joaco y señorita Letra!" - dijo Verbito con voz temblorosa. "He oído sobre la desaparición de la ‘s’. La vi jugando cerca de la Montaña de los Tiempos Verbales. Siempre le ha gustado hacer travesuras."

"¡Entonces a la montaña debemos ir!" - respondió Joaco emocionado.

Cuando llegaron a la montaña, notaron que estaba cubierta de nubes grises. Al acercarse, vieron que una pequeña letra ‘s’ estaba atrapada en una telaraña de confusión gramatical.

"¡Ayúdame!" - gritó la 's', mientras luchaba por liberarse de la pegajosa red. "No quería causar caos, pero las otras letras querían que me divirtiera. Se volvió demasiado complicado y ahora no puedo salir."

Joaco, con su ingenio, tuvo una idea. "Señorita Letra, ¡creo que necesitamos explicar lo importante que es la ‘s’ en el presente simple! Tal vez así las otras letras le den una mano."

La señorita Letra sonrió y dijo: "Así es, Joaco. La letra ‘s’ es fundamental para conjugar los verbos en tercera persona. Sin ella, las oraciones no solo pierden sentido, sino que también olvidan nuestra manera de comunicarnos. ¡Es hora de conversar con las otras letras!"

Juntos, empezaron a llamar a las letras que estaban jugando. Las ‘a’, ‘b’, ‘c’ y muchas más se acercaron curiosas.

"¡Hola, letras! Necesitamos que nos ayuden a liberar a la ‘s’ de esta telaraña. Ella juega un papel muy importante en nuestras oraciones, como cuando decimos ‘él corre’ o ‘ella canta’. Sin la ‘s’, no tenemos sentido" - explicó la señorita Letra.

Las letras se miraron y comenzaron a entender la situación. "¡Oh!" - dijeron al unísono. "No sabíamos que nos afectaría a todos. ¡Vamos a ayudar a la ‘s’!"

Juntos, las letras hicieron un gran esfuerzo y comenzaron a deshacer la telaraña de confusión. Joaco y la señorita Letra alentaron: "¡Vamos, un trabajo en equipo siempre trae resultados!" La ‘s’ se sintió valorada y logró soltarse de la telaraña. Cuando por fin salió, brillaba como nunca.

"¡Gracias, amigos!" - exclamó la ‘s’. "Prometo no volver a esconderme y recordar lo importante que soy."

Con una sonrisa, Joaco dijo: "La ‘s’ es la que nos ayuda a entender mejor lo que decimos. Cada verbo tiene su razón de ser y juntos, formamos oraciones mágicas."

Todos festejaron y aseguraron que la ‘s’ nunca más se alejaría. Regresaron contentos a Verbópolis, donde las oraciones recuperaron su magia y significado.

Desde ese día, cuando conjugan verbos, nunca olvidan la importancia de la ‘s’ y cómo cada letra tiene su lugar en el mundo de las palabras. Joaco y la señorita Letra recordarán siempre aquella divertida y educativa aventura.

Y así, en el reino de los verbos, aprendieron que juntos, todos pueden mantener la armonía, incluso cuando una letra juguetona decide hacer travesuras.

FIN.

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