La Aventura de la Suma Mágica
En un pequeño pueblo llamado Numilandia, donde todos los números cobraban vida, se encontraba un curioso número 2 y su mejor amigo, un número 3. Un día soleado, el número 2 se encontró con el número 3 en su camino al parque. - ¡Hola, número 3! - saludó el número 2 con una sonrisa. - ¡Hola, número 2! ¿Listo para jugar? - ¡Claro! Pero tengo una idea: ¿y si intentamos sumar nuestros números? - dijo el número 2.
Los dos se sentaron en un banco del parque, y el número 2 con su mejor carita decidió ir contando. - Si yo soy 2 y vos sos 3, entonces tenemos que ver cuántos somos juntos, ¿verdad? - preguntó el número 2 entusiasmado.
- ¡Exacto! - respondió el número 3. - ¡Vayamos a preguntar a la Sabiduría Matemática!
La Sabiduría Matemática era una anciana muy querida en Numilandia. Siempre tenía un cucharon y una olla donde cocinaba fórmulas y conocimientos. Así que se fue caminando a su casa. Cuando llegaron, la Sabiduría Matemática los recibió con una sonrisa. - ¡Hola, chicos! ¿Qué los trae por aquí?
- Queremos saber cómo sumar nuestros números. - dijo el número 2. - Sí, queremos ver qué número somos juntos. - agregó el número 3.
La Sabiduría Matemática los miró con ternura y respondió: - ¡Eso es muy fácil! Ven, les explicaré.
Así que la anciana sacó una gran hoja de papel y un lápiz mágico que tenía. - Primero, escribiremos 2 - dijo mientras escribía. Luego, escribió el 3 debajo. - Ahora, como en una gran fiesta, vamos a juntar los números. ¡Sumen con sus deditos, amigos! - Sí, ¡sumemos! - gritó el número 2, levantando su dedo.
Y allí, los dos números comenzaron a contar juntos: 2... 3... ¡4! - ¡Lo hicimos! - gritó el número 2. - ¡Ahora somos 5! - añadió el número 3 con alegría. - ¡Bien! Así que 2 + 3 = 5. ¿Lo ven? - dijo la Sabiduría Matemática.
Ambos números estaban emocionados. - Espera, pero, ¿podemos hacer otra? - propuso el número 3. - ¡Claro que sí! - exclamó la anciana. - ¿Qué tal si sumamos 4 y 5? - preguntó el número 2.
- Sí, ¡hagámoslo! - dijo el número 3 mientras la Sabiduría Matemática anotaba los números. - 4 + 5 = ... - empezó a contar el número 2. - 5, 6, 7, 8, 9. - ¡9! - exclamaron los números juntos. - Así que 4 + 5 = 9. Es divertido, ¿no?
- ¡Sí! Pero yo quiero saber, ¿puede haber sumas más grandes? - preguntó el número 3 con curiosidad. - ¡Claro que sí! - dijo la Sabiduría Matemática. - Vamos a sumar 7 y 8. - ¿Puedo intentar? - preguntó el número 2 emocionado.
- ¡Por supuesto! ¡Adelante! - dijo la anciana. El número 2 comenzó a contar: 7... 8... 9... 10... 11... 12... 13... 14, ¡15! - ¡Lo logré! - exclamó el número 2. - ¡Así que 7 + 8 = 15! - dijo el número 3.
Después de horas de diversión, el número 2 y el número 3 estaban cansados pero felices. - Gracias, Sabiduría Matemática, por enseñarnos a sumar. Es como juntar amigos. - decía el número 2 con una gran sonrisa. - Sí, sumar es genial, podemos hacer muchas cosas juntos. - agregó el número 3.
Con una sonrisa, la Sabiduría Matemática respondió: - Y recuerden, siempre que sumen, están creando algo nuevo, algo especial. ¡Así funciona el mundo de los números!
Y así, con una nueva comprensión sobre la suma, los dos amigos regresaron al parque jugando, sabiendo que cada número tiene su propia historia para contar. Y con eso, la vida en Numilandia continuó, llena de números que se sumaban y creaban nuevas aventuras juntos.
FIN.