La Aventura de la Tierra Mágica



Había una vez, en un rincón lejano del universo, un grupo de estrellas brillantes que se reunían en un gran baile cósmico. Entre ellas, había una estrella muy especial llamada Estrellita. Ella soñaba con tener una amiga en el espacio, alguien con quien compartir aventuras y jugar. Un día, mientras danzaban, Estrellita se encontró con algunas nubes de gas y polvo que flotaban solas.

- ¡Hola, amigos! - gritó Estrellita con alegría. - ¿Quieren unirse al baile?

Las nubes respondieron con un suave susurro:

- Estamos aquí, pero no sabemos bailar. Solo flotamos...

- No se preocupen, ¡los voy a enseñar! - dijo Estrellita emocionada. Y comenzó a girar, brillando con destellos de luz. Las nubes la imitaron y así, poco a poco, comenzaron a formar un gran grupo.

Pero había un grupo de rocas traviesas que, viendo la diversión, quisieron unirse a la fiesta, tan solo que no sabían que su presencia cambiaría todo.

- ¡Miren qué bonito es el baile! - dijo una roca. - ¡Vamos a hacer un gran empujón!

Sin pensarlo dos veces, comenzaron a empujar las nubes.

- ¡Oh no! - gritó Estrellita. - ¡Se están descontrolando!

Las nubes fluyeron desordenadamente y, de repente, comenzaron a juntarse gracias al empujón de las rocas. Así, poco a poco, se agruparon y poco a poco, las partículas fueron creciendo.

En un abrir y cerrar de ojos, comenzaron a rodar y girar, formándose en un gran bollo de materia llamado Tierra.

- ¡Mirá, estamos creando algo nuevo! - exclamó una nube dulce.

Y así fue como Estrellita, las nubes y las rocas se unieron para formar la Tierra. Pero la aventura no había terminado aún. Cuando la Tierra estaba casi lista, comenzaron a sentir calor. Era el sol, que estaba muy curioso por conocer a su nueva amiga.

- ¡Hola, Tierra! - ardía el sol con alegría. - ¡Te traigo luz y calor!

- ¡Hola, Sol! - contestó la Tierra tímidamente. - Agradezco tu luz.

Pero en ese momento, un fuerte viento sopló. Era un pequeño, pero intrépido, tornado llamado Torbellino.

- ¡Hola a todos! - añadió Torbellino. - ¿Puedo unirme a la fiesta?

- ¡Claro! - contestaron todos al unísono.

Torbellino comenzó a girar y girar, creando un baile nuevo, una brisa fresca que llenó de energía a la Tierra. Gracias a él, el planeta comenzó a girar en su propio eje. Y así, la Tierra, llena de energía y amor, empezó a rotar en un hermoso y perfecto equilibrio con el Sol, creando el día y la noche.

Con la ayuda de las estrellas y la luz del Sol, comenzaron a aparecer ríos, montañas y grandes océanos. Las nubes de gas se transformaron en lluvia y crearon un hermoso verde alrededor de la Tierra.

- ¡Miren las plantas que han crecido! - gritó una nube emocionada. - ¡Y los animales que vienen a jugar!

Así fue como, después de muchas aventuras, la Tierra se llenó de vida. Estrellita, las nubes, el Sol y Torbellino estaban tan felices que decidieron formar un gran círculo alrededor de su nueva amiga, la Tierra.

- ¡Hicimos algo maravilloso! - dijo Estrellita. - ¡Una amiga a la que podemos cuidar y amar!

Y así, con la colaboración de todos, la Tierra se llenó de colores, vida y alegría, convirtiéndose en un lugar mágico donde todos podían vivir, jugar y soñar juntos. Desde entonces, cada vez que miramos al cielo y vemos a las estrellas, recordamos que todo comenzó con una gran amistad y un pequeño empujón de las rocas traviesas. Y así, el planeta Tierra, nuestro hogar, fue creado con amor y diversión en una danza estelar.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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