la aventura de la tortuga perdida



Había una vez en el bosque de Frambuesalia, un lugar mágico donde habitaban animales de todas las formas y colores. En este bosque vivía Sara fresita, una tortuguita muy curiosa y activa.

Un día, mientras exploraba un rincón desconocido, se desorientó y se perdió. "¡Ay, estoy perdida! ¿Qué voy a hacer?", exclamó Sara fresita con preocupación. Decidió entonces emprender un viaje en busca de ayuda, recorriendo senderos, ríos y colinas.

En su travesía conoció a Simón el zorro, quien le dijo: "No te preocupes, amiga tortuguita, te ayudaré a encontrar el camino de regreso a casa." Juntos, recorrieron el bosque y pidieron ayuda a otros animales.

En el camino se encontraron con Lola la mariposa, quien les enseñó a orientarse con el sol. Con esta nueva habilidad, Sara fresita y Simón el zorro continuaron su travesía. Pronto se toparon con Rocky el oso, quien les indicó cómo interpretar las señales del bosque para encontrar el camino adecuado.

Llenos de confianza, siguieron avanzando y, finalmente, pudieron divisar la copa del árbol de frambuesas de Sara fresita. "¡Mira, Simón, ahí está mi casa!", exclamó Sara con alegría.

Llenos de emoción, volvieron al hogar de Sara fresita, donde fueron recibidos con abrazos y felicitaciones. Desde ese día, Sara fresita aprendió la importancia de estar preparada y atenta en el bosque, y valoró la ayuda y amistad de los demás animales.

Nunca más volvió a perderse, y además se convirtió en la mejor guía para cualquier animal despistado que se cruzara en su camino.

FIN.

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