La Aventura de Lara y las Ranas del Turó Park



Era un hermoso día soleado en Barcelona. Lara, una niña curiosa de 3 años, decidió que era el momento perfecto para ir a su lugar favorito: la laguna de Turó Park. Con su gorra roja y su mochila llena de sorpresas, salió de casa lista para buscar ranas.

"¡Mamá, hoy buscaré muchas ranas!" - exclamó Lara mientras corría hacia la puerta.

"¡Qué bien, amor! Pero recuerda, hay que mirar con cuidado y ser muy silenciosos para no asustarlas" - le respondió su mamá con una sonrisa.

Lara llegó al parque junto con su mamá. El canto de los pájaros la recibió como una melodía y el aroma de las flores llenó el aire. A medida que se acercaban a la laguna, Lara saltaba de emoción.

"¡Mirá, mamá! ¡El agua brilla como si tuviera estrellas!" - dijo Lara maravillada.

Cuando se sentaron junto a la laguna, Lara comenzó a observar con atención, mientras su mamá le contaba sobre los diferentes animales que podían vivir allí.

"¿Ves esas hojas en el agua? ¡Las ranas suelen esconderse ahí!" - explicó su mamá.

"¡Sí, voy a encontrar una!" - respondió Lara decidida.

Lara se acercó a la orilla y comenzó a mirar. De repente, escuchó un ruido.

"¡Croac!" - sonó una rana muy cerca.

Emocionada, Lara miró bajo una hoja grande y ¡allí estaba! Una ranita verde, saltando de un lado a otro.

"¡Mamá, encontré una! ¡Mirá, es tan linda!" - gritó celebrando.

"¡Increíble, Lara! Pero recuerda, debemos dejarla ir. Las ranas son parte del ecosistema y necesitan vivir en su hogar" - le dijo su mamá.

Lara asintió con seriedad. Sabía que cada animal tenía su lugar, como las ranas en la laguna. Pero de pronto, ella notó algo extraño.

"Mamá, hay mucha basura en el agua. Eso no está bien..." - dijo con preocupación.

"Es cierto. La gente a veces no cuida los lugares naturales. Pero tú, Lara, puedes ayudar a hacer la diferencia" - respondió su mamá.

Lara pensó un momento y luego se le ocurrió una idea.

"Podemos hacer un club de limpieza, mamá. ¡Que todos los niños del parque vengan a ayudar!" - propuso con entusiasmo.

Con la ayuda de su mamá, Lara hizo carteles coloridos invitando a otros niños a unirse a ella.

"¡Hola, chicos! ¡Vengan a ayudar!" - llamó Lara a otros niños que se acercaban al parque.

"¿Vamos a buscar ranas?" - preguntó uno de ellos.

"Sí, pero también vamos a limpiar el agua para que tengan un lugar hermoso para vivir" - explicó Lara con una gran sonrisa.

Los otros niños, emocionados por la idea de ayudar, se unieron a Lara. Juntos, recogieron papeles, plásticos y todo tipo de basura que encontraron cerca de la laguna. Mientras limpiaban, Lara seguía mostrando a todos las ranas que lograba encontrar.

Al final del día, la laguna brillaba como nunca.

"¡Miren cómo brilla el agua ahora! Y encontramos un montón de ranas" - dijo Lara orgullosa.

"¡Esa fue una gran aventura!" - exclamó uno de los niños.

Lara sonrió y se dio cuenta de que, aunque había ido a buscar ranas, también había aprendido la importancia de cuidar el medio ambiente.

"¡Vamos a hacer esto de nuevo! Cada semana podemos venir a limpiar y buscar ranas" - sugirió.

"¡Sí! ¡Club de las Ranas Limpias!" - gritaron todos juntos.

Esa tarde, Lara regresó a casa feliz. Sabía que había hecho nuevos amigos, ayudado a las ranas y aprendido algo valioso: cuidar nuestro entorno es igual de importante que disfrutarlo. Desde ese día, Lara, su mamá y sus amigos se reunieron cada semana para seguir cuidando la laguna y disfrutar de la magia de las ranas del Turó Park.

FIN.

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