La aventura de las células curiosas




Había una vez en un cuerpo muy especial, un grupo de células curiosas que se preguntaban qué sería ese lugar donde vivían. "¿Alguna vez se preguntaron a qué parte del cuerpo pertenecemos?", dijo una célula pequeña y redonda.

Las demás células se miraron confundidas, nunca se habían cuestionado eso antes. Entonces, decidieron emprender una emocionante aventura para descubrir más sobre el lugar donde habitaban.

Viajaron a través de venas, arterias y tejidos, maravillándose con la complejidad y belleza de su entorno. En su travesía, se encontraron con otras células amigables que les enseñaron sobre su función en el organismo. "Nosotras somos las neuronas y ayudamos a transmitir mensajes al cerebro", explicó una célula alargada y delgada.

"Y nosotras somos los glóbulos rojos, nos encargamos de llevar oxígeno a todo el cuerpo", agregó una célula en forma de disco. Las células curiosas aprendieron tanto que se sintieron asombradas por la importancia de cada una en el funcionamiento del cuerpo humano.

Finalmente, regresaron a su lugar de origen con un conocimiento invaluable y una nueva apreciación por su hogar.

A partir de ese día, las células curiosas se convirtieron en las más sabias y respetadas del cuerpo, compartiendo su sabiduría con las demás. Y así, todas las células vivieron en armonía, comprendiendo que, aunque son infinitas, juntas forman un equipo imparable.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!