La Aventura de Las Palabras
Había una vez en el colorido pueblo de Lematón, un lugar donde las palabras corrían felices y jugaban juntas en el aire. Cada día, las niñas y los niños del pueblo competían por ver quién podía formar las oraciones más divertidas y creativas. Entre ellos estaba Lila, una niña curiosa y muy activa que siempre llevaba consigo su cuaderno de palabras.
Un día, mientras estaba en el parque escribiendo nuevas frases, Lila se encontró con su amigo Tomás, que estaba teniendo problemas para encontrar la palabra adecuada para completar su dibujo de un dragón.
"¡Hola, Tomás! ¿qué te pasa?"
"Hola, Lila. Estoy tratando de describir a mi dragón, pero no puedo encontrar la palabra que quiero."
Lila sonrió y le dijo:
"Eso se llama conciencia léxica. Es cuando sabemos cómo funcionan las palabras y cómo se pueden unir para crear significado. ¡Vamos a descubrirlo juntos!"
Ambos se sentaron en un árbol y empezaron a pensar. Lila le explicó a Tomás que la conciencia léxica es como una caja de herramientas que todos tenemos en la cabeza.
"Imaginá que todas las palabras que conocés son como piezas de un rompecabezas. Hay que saber dónde van para que la imagen sea clara. Si juntás las palabras correctas, ¡podrás contar la historia que quieras!"
Tomás se sintió aliviado:
"¡Qué buena idea, Lila! Pero, ¿cómo sé cuáles palabras encajan mejor?"
Lila le dio un ligero empujón y le dijo:
"Hagamos una lista de palabras que describan a tu dragón. Pensemos en sus colores, su tamaño y sus secretos. ¿Qué tal si hacemos un juego?"
Tomás se entusiasmó y empezaron a gritar palabras que les venían a la mente:
"¡Verdoso!"
"¡Enorme!"
"¡Feroz!"
"¡Amistoso!"
"¡Misterioso!"
Luego de varios intentos, lograron juntar palabras mágicas que armaban una descripción perfecta:
"Es un dragón enorme y verdoso que es amistoso y misterioso. Vamos a hacer que vuele sobre las montañas buscando amigos."
Mientras jugaban con las palabras, un fuerte viento sopló y una nube mágica se acercó a ellos. De la nube surgió un personaje curioso, el Hada de los Diccionarios.
"¿Quiénes son ustedes?"
"¡Soy Lila y él es Tomás! Estamos aprendiendo sobre la conciencia léxica y cómo usar las palabras."
El Hada se rió y dijo:
"¡Qué emocionante! Déjenme ayudarles. Conozco un antiguo hechizo que puede dar vida a esas palabras. Si juntan más palabras, crearán un cuento que se puede vivir."
Intrigados, Lila y Tomás continuaron su juego. El Hada les enseñó a pensar en sinónimos, antónimos y a encontrar la palabra mágica que mejor se acomodara en cada caso. Sin querer, hicieron una mezcla de palabras hermosas y sorprendentes.
Finalmente, cuando el cuento estaba completo, el Hada agitó su varita y las palabras comenzaron a brillar.
"¡Ahora, digan en voz alta su historia!"
Juntos, Lila y Tomás dijeron:
"Érase una vez un dragón enorme pero amistoso que voló por montañas en busca de amigos. En su camino, aprendió que las palabras son las mejores aliadas para construir historias.
FIN.