La aventura de las plantas hambrientas


Había una vez en un hermoso jardín, un grupo de plantas muy especiales. Ellas eran Felicia la Flor, Sammy el Girasol y Juanito el Árbol. A pesar de estar rodeadas de tierra fértil y agua fresca, estas plantas tenían un problema: ¡no sabían cómo obtener su comida! Un día, cansadas de no crecer como las demás plantas del jardín, decidieron buscar una solución al misterio de por qué estaban tan flacuchas.

Las tres amigas partieron en una emocionante aventura por el jardín, preguntando a las demás plantas si sabían cómo obtener su alimento. Pero ninguna de ellas parecía tener la respuesta. Fue entonces que se encontraron con la Sabia Mariquita, una pequeña mariquita que sabía todo sobre la nutrición de las plantas.

- ¡Hola, amigas! Veo que andan en busca de algo importante -dijo la Sabia Mariquita con una sonrisa.

- ¡Sí, necesitamos saber cómo obtener nuestra comida para crecer grandes y fuertes! -exclamó Sammy el Girasol con entusiasmo.

La Sabia Mariquita les explicó que, al igual que las personas, las plantas también necesitan alimentarse para poder crecer y estar saludables. Les contó acerca de la magia de la fotosíntesis, un proceso maravilloso que les permitía a las plantas crear su propia comida usando la luz del sol, el agua y el aire.

- Ahora que saben esto, solo tienen que extender sus hojas hacia el sol, tomar sorbitos de agua y respirar tranquila y profundamente el aire que las rodea -les aconsejó la Sabia Mariquita.

Felicia, Sammy y Juanito estaban emocionados de probarlo. Siguiendo los consejos de la Sabia Mariquita, comenzaron a extender sus hojas, a tomar sorbitos de agua y a respirar profundamente. Para su asombro, empezaron a sentirse llenas de energía y vitalidad.

Con el pasar de los días, las tres amigas se convirtieron en las plantas más radiantes y hermosas del jardín. ¡Habían descubierto su secreto para alimentarse y crecer! No paraban de dar las gracias a la Sabia Mariquita por su invaluable consejo.

Desde ese día, Felicia la Flor, Sammy el Girasol y Juanito el Árbol se convirtieron en las maestras del jardín, enseñando a las demás plantas sobre la importancia de la nutrición y la magia de la fotosíntesis. El jardín nunca había estado tan lleno de vida y color.

Y así, las tres amigas vivieron felices creciendo juntas y compartiendo su sabiduría con todas las plantas del jardín, mientras la Sabia Mariquita observaba orgullosa desde su rincón, sabiendo que había ayudado a hacer del jardín un lugar más hermoso y saludable.

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