La Aventura de las Tres Plumas



En una hermosa estancia rodeada de vastos campos y lagos brillantes, vivía una gallina llamada Clari con sus tres adorables pollitos: Amarillo, Rojo y Azul. Aunque eran diferentes en color, todos eran inseparables y siempre estaban listos para aventurarse juntos.

Un día, mientras correteaban por la orilla del lago, Clari les dijo: "¡Hijos, hoy pueden explorar un poco más lejos! Pero recuerden, siempre juntos y no se alejen demasiado."-

Amarillo, con su característica energía, propuso: "¡Vamos a buscar la gran piedra roja que está al otro lado del lago! Mi amigo el pato me contó que tiene un secreto escondido."-

El grupo se entusiasmó con la idea y, con cuidado, comenzaron a navegar por el camino que rodeaba el lago. A medida que se acercaban a la piedra, se encontraron con una cadena de pequeñas ranas que saltaban alegremente.

"¡Hola, ranas! ¿Saben dónde está la gran piedra roja?"- preguntó Rojo, emocionado.

"Claro que sí, pero cuidado, más allá de la piedra hay un lugar que pocos han visto. Es mágico, pero solo lo pueden visitar si demuestran que son valientes y que se cuidan unos a otros."- respondió una rana que era más grande que las demás.

"¡Nosotros somos un equipo! ¡Nos cuidaremos!"- aseguró Azul, con su voz segura. Con la afirmación de los tres pollitos, las ranas les indicaron el camino.

Cuando finalmente llegaron a la gran piedra roja, se quedaron maravillados por su color brillante. Sin embargo, al acercarse, notaron que algo extraño ocurría; la piedra comenzó a brillar intensamente y, de repente, una puerta apareció en su base.

"¡Esto es increíble! ¿Qué haremos?"- preguntó Amarillo, un poco asustado.

"¡Debemos entrar!"- exclamó Rojo, con valentía.

Pero Clari, recordando las palabras de las ranas, insistió: "Aun así, no debemos separarnos. Si entramos, lo haremos todos juntos."- Los pollitos asintieron y se tomaron del ala de su madre. Con un profundo suspiro, cruzaron la puerta.

En el interior, se encontraron en un mundo lleno de colores vibrantes, flores que cantaban y árboles que danzaban. Sin embargo, pronto se dieron cuenta de que el lugar estaba custodiado por un viejo búho sabio que les habló: "Bienvenidos, pequeños. Este es el Jardín de los Sueños, pero para explorarlo, deben demostrar su valentía y su unión."

"¿Y cómo lo hacemos?"- preguntó Azul, intrigado.

El búho continuó: "Deben resolver un enigma en el Jardín para que puedan disfrutar de sus maravillas. ¿Qué es lo que todos los pollos temen, pero que si lo enfrentan con valentía los hace más fuertes?"-

Los pollitos comenzaron a pensar. Amarillo, después de un rato, gritó: "¡El cambio! Muchas veces tenemos miedo a lo desconocido, pero si lo afrontamos juntos, podemos crecer y aprender."-

"¡Correcto!"- dijo el búho, con una sonrisa. "Ahora, demuestren su valentía, salten hacia el lago de los espejos que está atrás de la piedra y verán lo que han ganado."-

Los pollitos miraron a su madre, que asintió. "¡Vamos, juntos!"- dijo Clari. Y así, con un gran salto, saltaron al lago. Al tocar el agua, el ambiente brilló intensamente y, al salir, cada uno descubrió que su pluma había cambiado de color, reflejando un nuevo matiz.

"¡Miren! Ahora tenemos plumas de todos los colores del mundo!"- exclamó Rojo, feliz.

"Esto es maravilloso, significa que hemos crecido juntos. Cada color representa nuestra valentía y cómo nos cuidamos unos a otros,"- agregó Azul, con una sonrisa amplia.

Cuando volvieron al mundo ordinario, Clari y sus pollitos sabían que habían experimentado algo especial. Las ranas los esperaban en la orilla, saltando de alegría. "¡Lo lograron!"- gritaron.

"Sí, aprendimos que el cambio es parte de la vida y que estando juntos somos más fuertes,"- comentó Amarillo.

Desde ese día, los tres pollitos no solo exploraron, sino que también enseñaron a otros animales de la estancia sobre la importancia de la unidad, la valentía y la aceptación del cambio. Y así, la gallina Clari, Amarillo, Rojo y Azul se convirtieron en leyendas, siempre recordando que la verdadera aventura era estar juntos, sin importar el color de sus plumas.

Y viviendo felices, cada día exploraban y aprendían algo nuevo, compartiendo risas y sueños en su hermosa estancia.

FIN.

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