La Aventura de Lila y el Árbol Hablante
Había una vez, en un pequeño y colorido pueblo llamado Flores de Arcoíris, una niña llamada Lila. Ella tenía una curiosidad tan grande como el cielo azul. Un día, mientras exploraba el bosque detrás de su casa, encontró un árbol gigantesco con una corteza reluciente y hojas que brillaban como esmeraldas.
- ¡Hola, pequeña! - dijo el árbol con una voz profunda y amistosa.
Lila se quedó asombrada.
- ¡Hola! ¿Puedes hablar? - preguntó con ojos como platos.
- Así es, soy el Árbol Hablante. He estado esperando que alguien especial venga a visitarme.
Lila saltó de alegría.
- ¿Qué puedes enseñarme? - inquirió emocionada.
- Puedo enseñarte sobre la amistad, la valentía y la importancia de cuidar de la naturaleza, pero debes ayudarme primero. - respondió el árbol.
Intrigada, Lila se animó.
- ¡Claro! ¿Qué necesitas?
- Necesito que recojas las hojas muertas alrededor de mí. Si lo haces, te mostraré un secreto mágico.
Sin dudarlo, Lila comenzó a recoger las hojas. Cada vez que levantaba una hoja, el árbol le contaba una historia maravillosa.
- Una vez, un grupo de niños plantó semillas y esperaron con paciencia. Aprendieron que la naturaleza necesita tiempo - relató el árbol.
Lila escuchaba atenta, disfrutando de cada palabra. Después de un largo rato, las hojas estaban recogidas.
- ¡Listo! ¿Cuál es el secreto? - preguntó Lila ansiosa.
- ¡Observa el cielo! - exclamó el árbol.
Lila levantó la vista y vio cómo el sol comenzaba a ponerse, tiñendo el cielo de rojo, naranja y violeta.
- ¡Es hermoso! - dijo, sonriendo.
- Este es el regalo de la naturaleza. Pero hay algo más. Tú tienes el poder de cuidar de todo lo que te rodea
- ¿De verdad? - preguntó sin poder contener la emoción.
- Sí, puedes hacer la diferencia. ¡Sé una cuidadora de la naturaleza!
Lila prometió al árbol que pasaría más tiempo en el bosque, plantando flores y cuidando de ellos.
- ¡Gracias, Árbol Hablante! - gritó con alegría. Y antes de irse, el árbol susurró:
- Recuerda siempre, cada pequeño acto cuenta.
Desde ese día, Lila nunca dejó de cuidar del bosque y sus amigos. Y así, la niña se convirtió en la mejor amiga de la naturaleza, compartiendo su amor con todos en Flores de Arcoíris.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.