La Aventura de Lila y el Arcoíris Escondido
Era un día soleado en el pueblo de Colores, donde vivía una pequeña niña llamada Lila. Lila tenía un gran sueño: quería encontrar el Arcoíris Escondido, una leyenda que contaba que quien lo descubriera podría traer colores a su vida.
Un día, mientras jugaba en el jardín, su amigo Lucas se acercó emocionado.
"Lila, escuché que el Arcoíris Escondido está en la montaña de los sueños. ¿Vamos a buscarlo?"
Lila sonrió. "¡Sí! Pero, ¿cómo lo encontraremos?"
Lucas pensó un momento y dijo: "Tendremos que seguir las pistas que nos dejen los colores."
Con mucha alegría, Lila y Lucas se equiparon con una mochila llena de provisiones y partieron hacia la montaña.
Mientras caminaban, encontraron un pájaro que cantaba melodías hermosas.
"Hola, pequeños aventureros. ¿Buscan el Arcoíris Escondido?" preguntó el pájaro.
"Sí, pero no sabemos cómo encontrarlo," respondió Lila.
"Sigan la melodía del viento. Te llevará hacia el primer color," continuó el pájaro.
Lila y Lucas siguieron volando la suave melodía que el viento traía. Al llegar a un claro, encontraron una hermosa flor azul que destacó entre otras.
"Este debe ser el primer color: el azul. Hay que cuidarla para que nos guíe," dijo Lucas.
En su camino, comenzaron a ver que cada vez que cuidaban de la flor, más flores azules aparecían.
"¿Y si si plantamos algunas en nuestro jardín?" sugirió Lila.
"¡Buena idea! Así nuestras familias también disfrutarán de su belleza", exclamó Lucas.
Luego de un rato, los amigos llegaron al borde de un río brillante. Allí, encontraron una piedra amarilla que parecía brillar con la luz del sol.
"¡Mirá! Creo que es el segundo color," dijo Lila, emocionada.
Pero justo cuando intentaron recogerla, un rayo de luz se alzó y un pez dorado salió del agua.
"¿Qué hacen, amigos? Esa piedra es parte de nuestro rincón dorado," les dijo el pez.
"Solo queríamos hacer un jardín con colores," explicó Lila.
"Si lo cuidan, el color permanecerá y el río lucirá más hermoso. Pero deben pedirlo con respeto", dijo el pez.
Lila y Lucas, entendiendo la importancia de cuidar la naturaleza, prometieron ser responsables.
"¡Vamos a devolver la piedra!" sugirió Lila.
Y así lo hicieron. Después de devolver la piedra, el pez se alegró.
"Este rincón dorado seguirá brillando. ¡Sigan adelante, pequeños!"
Continuaron su búsqueda y llegaron a una cueva. Al entrar, encontraron muchas piedras brillantes de todos los colores.
"¡Guau! Miren ese rojo intenso," dijo Lucas.
De repente, escucharon un eco.
"Bienvenidos. Soy el guardián de los colores," dijo una voz profunda.
"Buscamos el Arcoíris Escondido," respondió Lila.
"Para encontrarlo, deben unir todos los colores. ¿Están dispuestos a compartir lo que han encontrado?"
Ambos amigos asintieron.
"Sí, lo haremos."
Colocaron la piedra azul, amarilla y las flores en una mesa de cristal. Y con un brillo mágico, un arcoíris comenzó a formarse en el cielo.
"¡Lo hicimos!" gritaron.
Pero luego el arcoíris se fue.
"¿Qué pasó?" preguntó Lila desilusionada.
"El arcoíris necesita ser cuidado también. Si ustedes comparten la belleza de los colores, siempre volverá" explicó el guardián.
"¡Prometemos cuidarlo y compartirlo con todos en el pueblo!" decidieron juntos.
Así, con el corazón lleno de emoción y nuevas ideas, Lila y Lucas regresaron a Colores.
Pintaron su casa, el jardín y hasta organizaron un festival de colores en el pueblo. Todos se unieron para compartir las historias de su aventura y cuidar de los colores que habían encontrado.
Y así, el Arcoíris Escondido nunca volvió a desaparecer, porque el amor por la naturaleza y la sinceridad compartida fueron el verdadero secreto de la felicidad.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.