La Aventura de Lila y el Espejo Mágico
En un pequeño pueblo llamado Arcoíris, vivía una niña llamada Lila. Era curiosa y siempre hacía preguntas a los adultos que la rodeaban.
Un día, mientras exploraba el desván de su abuela, encontró un antiguo espejo cubierto de polvo. Al acercarse, el espejo brilló y una suave luz la envolvió.
"¿Quién eres?" - preguntó Lila, asombrada por el resplandor.
Del espejo salió una voz melodiosa.
"Soy el Espejo de la Comprensión. Puedo ayudarte a entender lo que te rodea, pero necesitaré que me hagas preguntas."
Lila, sin dudar, se sentó frente al espejo.
"¿Por qué los árboles cambian de color en otoño?" - inquirió, intrigada.
"Porque se preparan para el invierno. Su clorofila se reduce y muestran colores hermosos antes de perder sus hojas. Ahora, ¿qué más quieres saber?" - respondió el espejo.
Entusiasmada, Lila continuó preguntando:
"¿Cómo vuela un pájaro?"
"Gracias a sus alas y a su estructura ósea ligera. Volar es una gran aventura para ellos. Pero recuerda, la comprensión también va de la mano con la acción; si deseas aprender a volar, tendrás que practicar mucho, como los pájaros."
Un día, mientras conversaba con el espejo, Lila decidió que ya había comprendido muchas cosas, pero quería poner en práctica lo aprendido. Así que organizó una aventura en el bosque con sus amigos, Tomás y Ana.
"Chicos, ¡vengan! Vamos a buscar un lugar alto desde donde podamos ver todo el pueblo. Quiero mostrarles lo que aprendí sobre la vista desde arriba." - dijo Lila emocionada.
Tomás, siempre el más curioso de los tres, preguntó:
"¿Cómo vamos a subir?".
Lila sonrió y respondió:
"Siempre hay un camino, solo hay que buscarlo. Vamos, ¡sigamos hasta el arroyo!".
Una vez en el bosque, encontraron un sendero que los llevó a una colina. Mientras subían, Lila empezó a hablar de lo que había aprendido del espejo.
"Si miramos bien, cada planta y cada animal tiene su rol en el ecosistema. ¿No es maravilloso?" - dijo, gesticulando con entusiasmo.
Ana, que había estado observando un grupo de mariposas, comentó:
"También he aprendido a observar las pequeñas cosas. A veces, las mariposas parecen volar sin rumbo, pero buscan lo que necesitan. ¡Es como nosotros!".
Cuando llegaron a la cima, Lila pudo mostrarles la vista del pueblo.
"¡Es increíble!" - exclamó Tomás. "Podemos ver nuestras casas desde aquí. Pero también nos damos cuenta de lo pequeño que somos en comparación con la naturaleza."
Pero una nube gris apareció repentinamente en el cielo.
"Chicos, creo que es hora de volver. Se viene una tormenta" - dijo Lila, preocupada.
"Pero todavía no hemos explorado mucho..." - se quejó Tomás.
"A veces, entender es aceptar que no siempre podemos hacer todo lo que queremos. Pero el conocimiento nos sirve para ser cautelosos y tomar buenas decisiones" - explicó Lila, recordando las palabras del espejo.
Antes de que pudieran reaccionar, comenzó a llover.
"¡Corran!" - gritó Ana, y los tres empezaron a bajar la colina rápidamente.
Al llegar al pueblo, se refugiaron en la casa de Lila.
"No hay nada mejor que un lugar seguro durante una tormenta," - dijo Lila al entrar.
Dentro, se escucharon los truenos y la lluvia golpeando las ventanas. Mientras esperaban, los amigos compartieron todo lo aprendido durante el día.
"¿Vieron cómo las gotitas de agua caen sobre el suelo?" - comentó Ana. "Es como un ciclo, el agua siempre regresa a la tierra."
Lila, recordando al espejo, agregó:
"Y eso es lo que hace que todo esté conectado. Entenderlo es clave."
Cuando la tormenta amainó, decidieron salir a jugar en los charcos.
"A veces, las cosas que parecen malas pueden convertirse en algo divertido," - dijo Tomás saltando en un charco.
Lila y Ana se unieron, riendo y disfrutando del momento. Después de un largo día de preguntas, aventuras y aprendizaje, se dieron cuenta de que la comprensión y la enunciación eran importantes no solo para conocer el mundo, sino también para disfrutarlo con amigos.
"¡Volvamos al espejo mañana!" - sugirió Lila.
"Sí, y sigamos explorando el mundo de las preguntas y las respuestas" - acordaron los amigos, llenos de entusiasmo.
Y así, Lila aprendió que con cada respuesta, venían más preguntas, y siempre habría nuevas aventuras por vivir, con amigos a su lado.
FIN.