La Aventura de los Amigos Estudiosos



Era un día soleado en el colegio de Villa Esperanza. Los amigos Karla, José, Santiago, Wulmer y Estefanía estaban reunidos en el recreo, disfrutando de un rato juntos. Karla, siempre lista para aprender algo nuevo, tuvo una idea.

- “Chicos, ¿qué les parece si hacemos un club de estudio? ¡Podríamos ayudarnos con las materias que más nos cuesta! ” - propuso Karla.

- “¡Genial! ” - respondió José, el apasionado del fútbol. - “Pero primero necesito practicar para el partido del sábado. ¿Podemos estudiar después? ”

- “Claro, ¡pero no quiero quedarme sin aprender inglés esta vez! ” - se quejó Santiago, que siempre olvidaba las palabras.

- “Yo me ofrezco a ayudar con inglés, tengo un par de libros que pueden servir. Lo que sí, necesitamos un espacio tranquilo. Tal vez la señora Deysi nos deje utilizar el aula de arte.” - propuso Wulmer, el experto en manualidades.

- “Me parece perfecto. El arte nos podría inspirar, ¡y podría ser divertido! ” - agregó Estefanía, que amaba pintar.

Así que los chicos fueron a hablar con la señora Deysi, su maestra de arte.

- “Señora Deysi, ¿podemos usar el aula para estudiar después del colegio? ” - preguntó Karla con una sonrisa.

- “Solo si prometen trabajar en equipo y ayudar a los que más lo necesiten” - dijo la señora Deysi, mirando a todos con complicidad.

Los chicos asintieron entusiasmados, y después de clases se encontraron en el aula de arte. Se acomodaron en unas mesas pintadas de colores y comenzaron a estudiar.

- “Bueno, yo puedo comenzar con inglés. Pero necesito que me ayuden también a aprender palabras de fútbol” - dijo José, mientras sacaba su cuaderno de inglés.

Así, se turnaron para estudiar. Karla y Estefanía ayudaron a Santiago a recordar las palabras en inglés.

- “¡C’mon, Santiago! Solo hay que practicar” - animaba Estefanía.

- “¡Sí, lo sé! Solo que esas palabras me suenan raras.” - respondió Santiago, un poco frustrado.

Con el tiempo, y entre risas, los chicos comenzaron a hacer juegos de palabras. Incluso inventaron canciones para recordar las lecciones.

- “¡Esto está buenísimo! ” - exclamó José, cuya pasión por el fútbol lo llevaba a bailar cada vez que se emocionaba.

Mientras tanto, la señora Deysi pasaba a revisar cómo iban los chicos.

- “Se nota que se están divirtiendo, pero no olviden también poner atención. ¿Qué tal va eso, Santiago? ” - preguntó la señora Deysi con una sonrisa.

- “¡Voy mejorando! Creo que puedo recordar el significado de ‘goal’ en inglés” - respondió Santiago, ahora más confiado.

Pero justo en ese momento, sonó el timbre, y los chicos se dieron cuenta de que tenían que irse a casa.

- “¡No puede ser! ¡Me quedé con ganas de seguir estudiando! ” - lamentó Wulmer, que disfrutaba mucho de las actividades.

- “No te preocupes, podemos repetirlo mañana y todos los días que haga falta. ¡Es un club de estudio y amigos! ” - propuso Karla.

Todos acordaron y decidieron que ese sería el primer día de muchos. Con el tiempo, el club de estudio creció, y decidieron hacer actividades juntos.

Un día, se les ocurrió organizar una feria de ciencias para demostrar lo que habían aprendido. La señora Deysi les ayudó a conseguir materiales y guiar las actividades.

El día de la feria, todos los padres y alumnos del colegio asistieron curiosos. Los chicos mostraron sus experimentos y su aprendizaje de inglés a través de juegos interactivos.

- “¡Mirá, mamá! Aprendí a decir ‘goal’ en inglés y hasta lo escribí en un cartel” - exclamó Santiago, mientras un montón de chicos se divertían alrededor de su puesto.

Con la ayuda de Karla y Wulmer, toda la clase habló sobre la importancia de estudiar y hacer amigos. Al final del día, la señora Deysi les regaló unos certificados a todos por su gran esfuerzo.

- “¡Esto es increíble! Nunca pensé que estudiar podía ser tan divertido” - dijo Estefanía orgullosa.

Los amigos no solo aprendieron de sus materias, sino que también fortalecieron su amistad. Pasaron de ser solo compañeros a un verdadero grupo de apoyo mutuo. Y todo gracias a un simple club de estudio.

Así, los chicos de Villa Esperanza demostraron que, con el trabajo en equipo y la amistad, ¡todo se puede lograr! Y José aprendió que no hay nada como un buen conocimiento, incluso para hacer un gol.

FIN.

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