La aventura de los amigos perdidos



Once upon a time, en un pequeño pueblo llamado Villa Alegre, vivían cuatro amigos llamados Abel, Erick, Kevin y José. Un día, decidieron ir de excursión al bosque mágico que se encontraba al otro lado de la colina.

Empacaron sus mochilas con agua, comida y linternas, y partieron con mucha emoción. Al llegar al bosque, se adentraron entre los árboles altos y frondosos, maravillados por la belleza del lugar. "¡Qué increíble es este bosque!" exclamó Abel.

"Sí, parece sacado de un cuento de hadas", dijo Kevin. Pero mientras caminaban y exploraban, se dieron cuenta de que se estaban alejando demasiado del camino. De repente, una densa niebla los rodeó y se perdieron. "¡No sé a dónde estamos yendo!" gritó Erick.

"Tranquilos, amigos, mantengamos la calma y busquemos una solución juntos", dijo José tratando de animar al grupo. Decidieron usar las linternas y seguir lo que parecía ser un sendero.

Eventualmente, encontraron una clara en el bosque donde descubrieron unas extrañas huellas brillantes. Decidieron seguir esas huellas y, finalmente, llegaron a un claro donde se encontraba un viejo hombre que parecía ser un mago.

El mago les explicó que las huellas brillantes eran la guía para encontrar el camino de vuelta a casa y, como recompensa por su valentía, les concedió un deseo a cada uno.

Abel pidió conocer el mundo entero, Erick deseó ser el mejor chef del mundo, Kevin quería ser un gran músico y José anhelaba convertirse en un científico famoso. El mago sonrió y accedió a conceder sus deseos, pero les recordó que la verdadera magia estaba en seguir sus sueños con determinación y valentía.

Los cuatro amigos volvieron a casa, y con el paso del tiempo, cada uno persiguió sus sueños y logró alcanzar el éxito.

Abel viajó por el mundo y se convirtió en un prestigioso fotógrafo, Erick abrió su propio restaurante y ganó numerosos premios culinarios, Kevin formó una banda famosa y José hizo grandes descubrimientos como científico. A partir de ese día, los amigos recordaron que la verdadera magia estaba en no rendirse y seguir adelante, juntos.

FIN.

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