La Aventura de los Botta



Era una hermosa mañana en el barrio de Villa Esperanza, donde vivía la familia Botta. Denis, un trabajador muy dedicado, se levantó temprano para ir a su trabajo en la fábrica de carnets. Su esposa, Rebeca, siempre alegre, estaba en la cocina preparando el desayuno. Los niños, Benjamin, de 12 años, y Pichona, de 9 años, se preparaban para ir a la escuela.

"¡Buenos días, familia!", dijo Denis mientras entraba a la cocina.

"¡Buenos días, papá!", gritaron los niños al unísono.

"¿Qué hay para desayunar?", preguntó Denis, frotándose las manos entusiasmadamente.

"Pancakes con miel y fruta", contestó Rebeca, sonriendo. "Es un día especial para los niños. Hoy tienen una actividad en la escuela y están muy emocionados."

Benjamín no pudo contener su entusiasmo. "¡Sí! Vamos a hacer un proyecto sobre la importancia del reciclaje y la protección del medio ambiente. No puedo esperar para presentar nuestra idea."

"¡Eso suena genial! ¡El planeta necesita cuidadores! No olvides incluir datos interesantes en la presentación", dijo Denis, orgulloso de la iniciativa de su hijo.

Pichona, que siempre quería seguir los pasos de su hermano mayor, exclamó: "¡Yo también tengo algo especial! En mi clase hacemos una feria de ciencias, y mi proyecto es sobre cómo hacer compost. Así puedo ayudar a que el jardín de la escuela crezca bonito."

"¡Esa es una idea brillante, Pichona!", exclamó Denis mientras servía los pancakes. "Es importante que cada uno de nosotros haga algo por el medio ambiente."

Después de desayunar, los niños se fueron a la escuela mientras Denis se dirigía a su trabajo. Durante el día, Denis tuvo una gran idea. ¿Y si podía ayudar a sus hijos en sus proyectos de la escuela de una manera creativa?

Cuando terminó de trabajar, Denis fue a una tienda de materiales. Compró cartulinas, colores y algunas herramientas recicladas. Al llegar a casa, se encontró con Rebeca.

"¿Qué traés, amor?", preguntó Rebeca curiosa.

"Hoy quiero ayudar a los chicos con sus proyectos, y tengo algunas ideas", respondió Denis.

Rebeca sonrió y lo ayudó a preparar todo para cuando los niños regresaran de la escuela. Cuando llegaron, Benjamín y Pichona se sorprendieron al ver la mesa llena de materiales.

"¡Papá, esto es increíble!", exclamó Benjamín. "¿Tú hiciste esto?"

"Sí, quiero que trabajemos juntos, así poder hacer algo espectacular para la presentación y la feria", dijo Denis con entusiasmo.

Pasaron la tarde recortando, pegando y creando cosas maravillosas para sus proyectos. Finalmente, la noche llegó y ya estaban cansados, pero felices.

"A mí me gusta cómo quedó el cartel que hicimos, papá. Vamos a llamar a nuestro proyecto 'Pequeños Héroes del Planeta', ¿no te parece?", dijo Pichona con una sonrisa.

"¡Me encanta!", respondió Denis, sintiéndose orgulloso de su familia. "Ustedes son unos verdaderos héroes. Cada pequeño gesto cuenta."

Al día siguiente, Benjamín y Pichona presentaron sus proyectos. La maestra los felicitó y les pidió que compartieran sus ideas con el resto de la clase.

"¡Uau! Me encanta cómo explicaste lo de la compostera, Pichona", dijo una compañera. "Los árboles y las plantas necesitan de nuestro cuidado."

Al final del día, el proyecto de Benjamín también recibió excelentes comentarios y se volvió viral entre sus compañeros.

"Cada uno de nosotros puede hacer una diferencia", concluyó la profesora, visiblemente emocionada.

Cuando regresaron a casa, los niños estaban extasiados.

"¡Lo hicimos!", gritó Benjamín mientras saltaba de alegría. "Gracias, papá. Esto fue posible gracias a ti."

Denis los abrazó, sintiéndose contento. La habilidad de trabajar en equipo y compartir ideas había hecho una gran diferencia.

Rebeca se unió al abrazo familiar. "Estoy tan orgullosa de ustedes. Así se construye un futuro mejor. Recuerden, el trabajo en equipo siempre da los mejores resultados."

Esa noche, mientras cenaban, Denis les dijo: "Recuerden siempre que la educación y el amor por nuestra tierra es lo más importante. Juntos somos más fuertes."

Y así, la familia Botta aprendió que cuidarse unos a otros y cuidar del planeta es una tarea de cada día.

Colorín colorado, esta historia se ha acabado, pero la aventura de cuidar nuestro hogar siempre continúa.

FIN.

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