La Aventura de los Cinco Sentidos



Había una vez cinco amigos que vivían en un mágico bosque. Eran Luz, el sentido de la vista; Sonido, el sentido del oído; Aroma, el sentido del olfato; Sabor, el sentido del gusto; y Toque, el sentido del tacto. Un día, mientras jugaban, un malvado hechicero llamado Desentonado apareció y robó el Libro de los Sentidos, el cual contenía todos los secretos de su maravillosa amistad y esas habilidades especiales.

"¿Por qué robaste nuestro libro, Desentonado?" - preguntó Luz, sorprendida.

"Porque quiero quedarme con todos los sentidos para mí solo. Sin ellos, ustedes no podrán ver, oír, oler, saborear, ni tocar como antes" - respondió el hechicero con una risa siniestra.

Los amigos comprendieron que debían recuperar el libro para no perder sus habilidades. "¡Tenemos que unir nuestras fuerzas!" - dijo Sabor, entusiasmado.

"Sí, pero no sabemos dónde se fue" - agregó Aroma, preocupado.

Decididos a encontrarlo, siguieron las huellas mágicas en el bosque. Después de un rato, llegaron a un misterioso claro. Allí, se dieron cuenta que cada uno debía enfrentar una prueba relacionada con su sentido.

"Para recuperar nuestra luz, debemos encontrar el camino correcto. Confíen en mí" - dijo Luz, guiándolos con su vista.

"Yo puedo escuchar las melodías escondidas" - agregó Sonido, escuchando el parpadeo de las hojas, conduciéndolos hacia adelante.

Pronto, Aroma olfateó algo extraño. "¡Ese es el rastro del hechicero! Debemos seguirlo" - exclamó. Mientras ellos corrían en esa dirección, Sabor sintió un torrente de energía.

"El hechicero está cerca, ¡lo siento!" - dijo, ansioso.

De repente, se encontraron con un río que bloqueaba el camino. "No podemos cruzarlo, ¿qué hacemos?" - preguntó Toque, viendo las corrientes.

"Yo puedo usar mi vista para encontrar un lugar seguro" - señaló Luz.

"Y yo puedo oír si hay objetos flotantes" - añadió Sonido.

"Aroma, ¿puedes sentir si hay algo especial en el aire?" - inquirió Sabor.

"¡Sí! Hay un aroma a tierra y piedras, eso significa que hay un puente cercano" - respondió Aroma, emocionado.

Al seguir el rastro del perfume, llegaron a un puente colgante. Al cruzarlo, se toparon con el hechicero, que tenía el Libro de los Sentidos en su mano.

"¡No lo permitiré!" - gritó Desentonado. "¡Con ese libro tengo el poder!"

"¡Pero sin nosotros, no tienes ningún poder!" - se atrevió a decir Toque, saltando valiente.

"¡Los cinco juntos somos más fuertes!" - exclamaron todos.

Entonces, decidieron usar sus sentidos juntos: Luz deslumbró al hechicero con su brillo; Sonido lo distrajo con melodías; Aroma lo confundió con aromas explosivos; Sabor le ofreció un trato gustoso y Toque, con su contacto, lo dejó sin palabras.

El hechicero quedó atónito y, al darse cuenta de que en realidad no era tan divertido estar solo, devolvió el libro. "Lo siento. Pensé que tener todos los sentidos sería genial, pero ahora veo que lo más grandioso es compartir" - dijo Desentonado, algo triste.

"¡Gracias por devolver nuestro libro!" - dijeron todos juntos.

"¿Te gustaría unirte a nosotros para aprender sobre los sentidos?" - le preguntó Luz.

Así, los cinco amigos y el hechicero se convirtieron en un gran equipo, descubriendo juntos la belleza de los sentidos y la alegría de la amistad. Por siempre compartieron sus aventuras, y Desentonado nunca más fue un hechicero solitario.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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