La Aventura de los Cuatro Amigos
Había una vez en un pequeño pueblo rodeado de montañas y ríos cristalinos, cuatro amigos: Sofía, Tomás, Lucas y Valeria. Eran inseparables y siempre soñaban con vivir una gran aventura juntos.
Un día, mientras jugaban en el parque, Lucía encontró un mapa antiguo entre las hojas de un árbol. "¡Miren lo que encontré!"- exclamó emocionada. Los cuatro se acercaron con curiosidad. El mapa estaba lleno de símbolos extraños y marcaba un sendero hacia la misteriosa "Cueva de los Sueños".
"¡Debemos ir!"- dijo Tomás lleno de entusiasmo. Por lo tanto, se prepararon con provisiones y decidieron seguir el mapa el día siguiente.
Cuando comenzaron su travesía, se encontraron con un río caudaloso. "¿Cómo cruzamos?"- preguntó Valeria, algo preocupada. Lucas, que siempre tenía buenas ideas, sugirió construir un puente de troncos. Trabajaron juntos y, debido a todo esto, lograron cruzar el río con éxito.
Más adelante en el camino, se encontraron con un anciano que les dijo: "Para llegar a la cueva, deben resolver un acertijo"-. Los amigos se miraron intrigados. El anciano soltó: "Soy más ligero que una pluma, pero el hombre más fuerte no puede sostenerme. ¿Qué soy?"-. Después de un rato de reflexión, Sofía sonrió y dijo: "¡El aliento!"-.
El anciano asintió y les permitió continuar su camino. Posteriormente, llegaron a la entrada de la cueva que estaba iluminada por un brillo dorado. Al entrar, descubrieron un lugar mágico lleno de luces y colores.
"¡Es hermoso!"- gritaron todos a la vez. En el centro de la cueva había un gran cristal que brillaba intensamente. "Este es el corazón de sus sueños,"- explicó Una voz suave y dulce que salió del cristal. "Pueden pedir un deseo, pero recuerden, la verdadera magia está en la amistad y en lo que logran juntos."
Todos pensaron en qué desear y finalmente Tomás dijo: "Deseamos siempre estar juntos y vivir aventuras donde sea que vayamos"-. El cristal brilló aún más y una luz rodeó a los amigos, llenándolos de alegría.
Al salir de la cueva, se sintieron diferentes; tenían una nueva energía en sus corazones. Desde ese día, cada vez que se encontraban con un desafío, recordaban aquel viaje y lo que el cristal les había enseñado.
Y así, la historia de los cuatro amigos se convirtió en leyenda en su pueblo, recordándoles que la verdadera felicidad está en los momentos compartidos y en la fuerza de su amistad.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.