La aventura de los exploradores colimenses



Había una vez en el hermoso estado de Colima, un grupo de niños emocionados por la excursión que les esperaba.

Todos estaban ansiosos por conocer los lugares extraordinarios que su tierra les ofrecía: el imponente volcán de fuego, el tranquilo río Los Amiales con sus aguas cristalinas, el Tortugario en Cuyutlán y la famosa ola verde del mar. El día de la excursión llegó y los niños partieron temprano en un autobús rumbo al volcán de fuego.

Al llegar, se quedaron maravillados con su majestuosidad y lo imponente que se veía desde abajo. "¡Qué grande es!", exclamó Ana con los ojos brillantes.

Después de explorar un poco alrededor del volcán, continuaron su viaje hacia el río Los Amiales. Al llegar, no pudieron resistirse a sumergirse en sus aguas frescas y cristalinas. Nadaron, jugaron y disfrutaron del entorno natural durante horas.

"¡Qué rico está el agua! ¡Es como estar en un paraíso!", gritó Pablo mientras chapoteaba. Luego, visitaron el Tortugario en Cuyutlán donde aprendieron sobre la importancia de cuidar a las tortugas marinas y cómo proteger su hábitat.

Los niños escucharon atentamente las explicaciones del guía y prometieron hacer todo lo posible para ayudar a conservar a estas increíbles criaturas. Finalmente, llegó el momento más esperado: observar la famosa ola verde del mar.

Se dirigieron a la playa emocionados y cuando vieron esa impresionante masa verde acercándose lentamente hacia ellos, no podían contener su emoción. "¡Miren eso! ¡Es increíble!", gritó Sofía señalando hacia la ola verde. Los niños pasaron horas jugando en la playa, sintiendo la brisa marina en sus rostros y disfrutando cada momento juntos.

Al final del día, regresaron a casa exhaustos pero felices por todas las aventuras vividas. Esa excursión dejó una marca imborrable en los corazones de esos niños colimenses.

Aprendieron sobre la belleza natural de su estado, la importancia de cuidar el medio ambiente y descubrieron que hay mucho por explorar y disfrutar en cada rincón de Colima. Y así, con nuevas experiencias e inspiración en sus corazones, esos pequeños aventureros soñaban ya con su próxima expedición llena de magia y enseñanzas.

FIN.

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