La Aventura de los Fideos Mágicos



Era un día soleado en la ciudad de Buenos Aires y Isabella, una niña de 6 años con unos grandes ojos color avellana, estaba muy emocionada porque su mamá había decidido hacer fideos para el almuerzo. Isabella adoraba los fideos, ¡podía comerlos todos los días!

Cuando su mamá empezó a cocinar, Isabella no podía quedarse quieta. Se acercó a la cocina y comenzó a saltar de emoción.

"¡Mamá, no puedo esperar a probar esos fideos!" - gritó Isabella.

Su perrito Kimi, un alegre cachorro de 6 meses, la miró con curiosidad mientras movía la cola rápidamente. Kimi siempre se sentía feliz cuando Isabella estaba cerca, y en ese momento también se entusiasmaba de ver a su amiga tan emocionada.

"¡Guau, guau!" - ladró Kimi, como si también le gustaran los fideos.

Isabella se agachó para acariciarlo.

"¿Sabés, Kimi? Creo que los fideos son mágicos. Cada vez que los como, me siento más feliz y tengo mucha energía para jugar contigo." - dijo Isabella, riendo.

Cuando su mamá terminó de cocinar, pusieron la mesa y se sentaron a almorzar. Isabella devoraba los fideos mientras contaba historias sobre sus aventuras en el jardín con Kimi.

"Hoy encontré una mariposa amarilla, ¡fue increíble! Y Kimi..." - comenzó Isabella, pero antes que pudiera terminar, Kimi saltó y derribó con su pata un frasco de mermelada, haciendo que el contenido se esparciera por toda la mesa.

"¡Kimi!" - exclamó Isabella, sorprendida.

Pero Kimi, en vez de asustarse, se puso a jugar contento con la mermelada.

"Estás lleno de sorpresas, Kimi." - dijo Isabella, riéndose.

Después de limpiar todo, su mamá decidió hacer algo especial para el postre.

"Voy a hacer un helado de mermelada, y para eso necesitamos fideos de azúcar. Así que, si quieren, podemos hacer una búsqueda de fideos mágicos por el patio." - propuso.

"¡Sí! ¡Vamos, Kimi!" - gritó Isabella, emocionada.

Salieron al patio, donde había un monte de flores y una pequeña fuente. Mientras tanto, Kimi comenzó a explorar cada rincón.

"Mirá, Kimi, esos son fideos de colores. ¿Qué te parece?" - dijo Isabella, mientras recogía algunos pedacitos de plástico que parecían fideos.

Pero de repente, Kimi corrió hacia un arbusto y empezó a excavar con sus patitas.

"¿Qué encontraste, Kimi?" - preguntó Isabella acercándose.

Cuando Kimi salió del arbusto, tenía en su boca una bolsa que había estado escondida. Isabella la tomó y la abrió. ¡Eran fideos de verdad!"¡Mirá, mamá! ¡Fideos mágicos!" - dijo Isabella.

Su mamá se sorprendió.

"¿De dónde salieron?" - preguntó desconcertada.

Isabella encogió sus hombros y riendo dijo:

"No lo sé, pero creo que son los fideos más especiales del mundo. ¡Vamos a cocinarlos!"

Y así lo hicieron. La mamá de Isabella preparó los fideos mágicos mientras Isabella y Kimi la ayudaban. Luego, disfrutaron de un delicioso almuerzo.

"Gracias, Kimi, por encontrar estos fideos mágicos. ¡Hicieron de nuestro día algo extraordinario!" - dijo Isabella mientras acariciaba a su perrito.

Desde aquel día, Isabella aprendió que las pequeñas cosas pueden sorprenderte y que cada aventura puede traer algo mágico, sólo hay que tener los ojos bien abiertos y compartirla con quienes amamos, como su fiel amigo Kimi. Y, por supuesto, nunca dejar de disfrutar de sus fideos.

Y así, cada vez que Isabella y Kimi se encontraban, buscaban juntos nuevas aventuras en su pequeño rincón del mundo llenos de risas, juegos y, por supuesto, ¡fideos mágicos!

FIN.

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