La aventura de los hermanos perdidos
Había una vez tres hermanos que vivían en la ciudad, pero un día decidieron ir a pasar sus vacaciones en la playa. Era la primera vez que iban juntos y estaban muy emocionados por lo que podrían encontrar.
Llegaron temprano a la mañana y se pusieron sus trajes de baño para ir directo al mar. El varón mayor, Martín, estaba ansioso por surfear las olas más grandes.
La niña del medio, Sofía, quería hacer castillos de arena y el pequeño Juan solo quería jugar con su pelota. Cuando llegaron a la playa se dieron cuenta de que había mucha gente, pero encontraron un lugar cerca del agua donde podían estar cómodos.
Dejaron sus cosas en la sombrilla y corrieron hacia el mar. Martín logró atrapar algunas olas mientras los otros dos hermanos jugaban con las olas más pequeñas. Pero entonces ocurrió algo inesperado: una ola gigante los arrastró lejos de donde habían dejado sus cosas.
Cuando lograron salir del agua se dieron cuenta de que no sabían dónde estaban. "¿Dónde estamos?"- preguntó Sofía preocupada. "No sé"- respondió Martín mirando alrededor. "¡Mi pelota!"- gritó Juan señalando hacia el otro lado de la playa.
Los tres comenzaron a caminar sin saber hacia dónde iban hasta que encontraron un grupo de cangrejos en un agujero gigante en la arena. "Miren esos cangrejos" - dijo Sofía entusiasmada "podríamos seguirlos para ver adonde van".
Así fue como comenzó su aventura. Los cangrejos los llevaron por un camino que nunca habían visto antes, con árboles y plantas exóticas a ambos lados del camino.
De repente, vieron una pequeña casita de madera en la distancia. "¿Qué es eso?"- preguntó Juan. "No lo sé"- respondió Martín "pero deberíamos ir a ver". Cuando llegaron a la casa se encontraron con un anciano sentado afuera en una silla mecedora.
"¡Hola! ¿Cómo están?"- dijo el anciano sonriendo. "Estamos perdidos"- dijo Sofía "nos arrastró una ola gigante y no sabemos cómo volver". "Tranquilos, puedo ayudarlos a encontrar su camino de regreso"- contestó el anciano.
El hombre les dio indicaciones claras para volver a la playa y ellos siguieron sus instrucciones. Finalmente, llegaron al lugar donde habían dejado sus cosas y pudieron disfrutar del resto del día jugando juntos en la arena.
Después de esa experiencia aprendieron que siempre debían estar atentos cuando estaban cerca del mar y tener cuidado con las olas grandes. También aprendieron que si alguna vez se perdían, siempre podrían encontrar ayuda si eran amables con las personas mayores.
Los tres hermanos regresaron felices de su aventura en la playa y nunca olvidarán lo importante que es trabajar juntos para salir adelante.
FIN.