La Aventura de los Nueve en la clase de Sociales
Era un hermoso lunes cuando Santino, Tomás, Catalina, Mía, Jazmín, Pilar, Paloma, Faustina y Emilia se reunieron en la escuela, listos para afrontar uno de los mayores desafíos de su vida: aprobar la materia de Sociales con la excéntrica profesora Filo.
Después de pasar horas estudiando, se encontraron en la escuela y comenzaron a intercambiar nervios y preguntas.
"Chicos, no quiero desaprobar esta materia. La profesora Filo dice que es la más importante para entender el mundo" - explicó Santino, ansioso.
"Yo tengo una idea. ¿Qué les parece si hacemos un proyecto en grupo? Algo diferente, para impresionar a la profe" - sugirió Pilar, con una chispa en sus ojos.
"¡Buena idea! Pero, ¿de qué se trataría?" - preguntó Emilia.
"¿Y si recreamos algún momento histórico?" - propuso Mía.
Las ideas iban y venían hasta que Catalina, quien siempre había sido la más creativa del grupo, exclamó:
"¿Qué tal si hacemos un viaje en el tiempo? Sería divertido y educativo. Podríamos disfrazarnos y representar diferentes momentos de la historia ¡sería genial!"
Todos estaban entusiasmados, excepto Jazmín, que era la más anárquica del grupo.
"¿Viajar en el tiempo? Yo en vez de vestirme de reina de Egipto, preferiría ser una pirateza legendaria" - dijo con una sonrisa traviesa.
"Pero Jazmín, necesitamos ser serios por un momento. Esto es para nuestra evaluación" - le respondió Tomás.
Finalmente, después de unas horas de discutir, decidieron que harían un viaje por las distintas épocas, empezando desde la Edad Media hasta llegar a la actualidad. Cada uno se encargaría de representar un período histórico.
La profesora Filo les dio su aprobación con una sonrisa, pero les advirtió:
"Recuerden que la presentación debe ser informativa y entretenida. ¡Y no se olviden de incluir algún dato curioso!"
Emocionados, comenzaron a preparar el proyecto, y cada uno se sumergió en el período que había elegido. Mientras tanto, tomaban notas, buscaban información en libros y en Internet y se encontraban después de clases y los fines de semana para ensayar.
Un sábado, mientras practicaban, un giro inesperado ocurrió.
"Chicos, me parece que estamos olvidando algo muy importante: ¡los datos curiosos!" - dijo Paloma alarmada.
"¡Es verdad!" - exclamó Faustina.
"Sólo tenemos datos básicos, necesitamos añadir los más divertidos para que la profesora se ría".
Así que decidieron volverse a reunir. Esta vez, se encargaron de traer cada uno una curiosidad sobre su época, haciendo del proyecto algo único. Por ejemplo, Santino descubrió que durante la Edad Media las personas no podían bañarse a menudo, mientras que Jazmín se enteró de que los piratas a veces llevaban su propio barquito para poder beber agua ¿Así que en vez de ir a tierra, se llevaban el barco a dormir?
Finalmente, llegó el gran día. Nerviosos pero confiados, el grupo se presentó frente a la profesora. Cada uno expuso su parte con entusiasmo e ingenio, y cuando fue el turno de Jazmín, ella se disfrazó de pirata y, en vez de hablar, ¡se lanzó a un baile de piratas! Todos rieron y la profesora Filo no pudo evitar aplaudir.
Al terminar la presentación, la profesora miró a los nueve y dijo:
- “¡Eso ha sido un espectáculo! Aprendí mucho, ¡incluso más de lo que sabía! Han logrado algo increíble. Pongan mucho esfuerzo juntos, eso es lo más importante. ¡Todos aprueban! ”
Eufóricos, los chicos se abrazaron y celebraron su esfuerzo conjunto. Comprendieron que trabajando en equipo y apoyándose unos a otros, podían alcanzar cualquier meta que se propusieran.
Desde ese día, supieron que la amistad y la creatividad eran tan importantes como los libros y los exámenes.
Terminaron el año aprendiendo que la historia se vive de formas diferentes y que cada rincón del tiempo tiene algo divertido y curioso que ofrecer, solo había que buscarlo.
¡Fin!
FIN.