La Aventura de los Pozos Mágicos
En un pequeño pueblo llamado Buenavista, donde el sol brillaba con fuerza y las flores coloridas llenaban de alegría cada rincón, todos sus habitantes compartían una preocupación: la escasez de agua. Aunque el pueblo se encontraba rodeado de campos verdes y montañas, había un solo pozo que suministraba agua a todas las familias.
Un día, mientras jugaban en el parque, dos amigos inseparables, Sofía y Mateo, escucharon a los adultos hablar angustiados sobre la falta de agua.
"¿Por qué no hay más pozos?" - preguntó Mateo curioso.
"No lo sé, pero parece que estamos quedándonos sin recursos. Si solo tuviéramos más pozos..." - respondió Sofía, mirando al cielo.
Decididos a hacer algo al respecto, los dos amigos comenzaron a pensar en un plan. Esa noche, mientras contaban estrellas, Sofía dijo:
"¿Y si hacemos un mapa del lugar donde podrían estar los pozos? Tal vez haya agua bajo nuestros pies y no lo sabemos."
"Buena idea," - asintió Mateo emocionado. "Mañana iremos a explorar."
Al día siguiente, armados con sus mochilas y una pala de juguete, Sofía y Mateo se dirigieron al lugar donde solían jugar en el bosque. Con su imaginación desbordante, decidieron que cada lugar que ellos escavaran sería un posible pozo. Como soñadores que eran, empezaron a cavar en diversos puntos del terreno.
Después de un rato, Mateo dio un grito de alegría:
"¡Mirá, Sofía! ¡Encontré algo!" - En su emoción, había desenterrado una piedra brillante.
"¡Es hermosa! Pero no es agua..." - dijo Sofía decepcionada. Sin embargo, ambos comprendieron que no podían rendirse tan fácil.
Decididos a seguir adelante, decidieron visitar a Don Ramón, el viejo y sabio del pueblo, conocido por sus historias sobre los pozos. Al llegar a su casa, Don Ramón los recibió con una sonrisa.
"¿Qué buscan, pequeños?" - preguntó con curiosidad.
"Buscamos más agua para Buenavista. Queremos encontrar nuevos pozos."
"Es una labor noble. A veces el agua viene de lugares inesperados... ¿qué tal si venimos por la tarde a buscar respuestas?"
FIN.