La Aventura de los Primeros Auxilios



En un pequeño pueblo de Paraguay, vivía una familia muy unida: los Pérez. Estaban compuestos por papá Juan, mamá Ana, y sus dos hijos, Clara y Lucas. Eran un grupo alegre que disfrutaba de pasar tiempo juntos, pero un día, una inesperada aventura les enseñó la importancia de los primeros auxilios.

Era un cálido sábado por la mañana, y los Pérez decidieron ir al parque a hacer un picnic. Clara, que tenía 8 años, y Lucas, de 9, estaban emocionados.

"¡Mirá, Clara! Llevaré la pelota de fútbol para jugar", dijo Lucas.

"¡Sí! Y yo llevaré dinosaurios de juguete", contestó Clara.

Al llegar al parque, encontraron un hermoso lugar bajo un árbol grande. Desplegaron la manta, sacaron la comida y comenzaron a jugar. Mientras Lucas y Clara pateaban la pelota, papá Juan y mamá Ana se sentaron a charlar.

De repente, Clara corrió hacia la pelota, pero resbaló y cayó al suelo.

"¡Ay! Me duele la rodilla", lloró Clara.

Lucas se acercó corriendo.

"No llores, Clara. Vamos a ayudarte", dijo Lucas, preocupado.

Papá Juan se acercó rápidamente y revisó la herida de Clara.

"No te preocupes, pequeña. Es solo un rasguño. Vamos a ponerle un poco de agua y un apósito. ¿Recuerdas lo que aprendimos sobre primeros auxilios?", le dijo.

"Sí, papá. Hay que limpiar la herida y cubrirla", respondió Clara con la voz entrecortada.

Mamá Ana sacó del bolso una pequeña caja de primeros auxilios que siempre llevaban. Lucas ayudó a su papá a buscar lo que necesitaban.

"Aquí está, el algodón, el agua oxigenada y el apósito", dijo Lucas mientras organizaba los elementos.

"¡Bien hecho, campeón! Ahora, Clara, vamos a limpiar tu herida", dijo papá Juan.

Mientras papá limpiaba la rodilla de Clara, ella dejó de llorar y comenzó a escuchar atentamente.

"¿Sabés, Clara? El primer auxilio es importante porque ayuda a evitar que una herida empeore. Y si aprendemos a ayudar a los demás, siempre estaremos listos para cualquier accidente", explicó papá.

"¿Y qué pasa si alguien se desmaya?", preguntó Lucas, intrigado.

Mamá Ana sonrió y dijo:

"Si alguien se desmaya, debemos asegurarnos de que esté en un lugar seguro, llamamos a un adulto si es necesario y comprobamos su respiración. ¡Siempre es bueno saber qué hacer!"

Clara, ya más tranquila, decidió que quería aprender más sobre primeros auxilios.

"¿Podemos tener un curso en casa, papá? ¡Quiero ser como ustedes!", pidió emocionada.

"Claro, Clara. Nos podemos inscribir en un taller del barrio. Aprenderemos juntos", respondió papá Juan.

Con el rasguño bien cuidado, los Pérez regresaron a su picnic. Clara, con una sonrisa en el rostro, jugó felizmente con Lucas.

Después de esa aventura, la familia Pérez decidió convertirse en un equipo de 'primeros auxilios'. Desde ese sábado, cada vez que se reunían, repasaban lo aprendido y se turnaban en hacer simulacros.

Así, la historia no solo enseñó a Clara y Lucas sobre primeros auxilios, sino que los unió aún más como familia. Y, en cada juego y aventura, llevaban consigo la importancia de cuidar y ayudar a los demás.

Fin.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!