La Aventura de los Reyes Renuentes
Era una fría mañana de diciembre en el pequeño pueblo de Navidad, donde todos esperaban la llegada de Papá Noel. La emoción llenaba el aire, los niños decoraban sus casas y escribían cartas especiales con sus deseos. Sin embargo, en el centro del pueblo, una enigmática figura conocida como Teror, quien siempre había sido un poco gruñón, estaba haciendo alboroto.
Un día, mientras los niños jugaban en la plaza, Teror se acercó a un grupo que estaba armando su árbol de Navidad.
"¡Bah! ¿Por qué tanto alboroto? La Navidad es solo un invento para vender cosas", gruñó Teror.
Los niños se miraron entre ellos, confundidos, pero uno de ellos, llamado XIM, decidió enfrentar al gruñón.
"Teror, Navidad significa alegría, unión y dar amor. ¡No es solo sobre los regalos!"
"¿Amor? ¿Qué es eso? Nadie me ha dicho nunca de qué se trata", replicó Teror con cara de desdén.
Entonces, Luis, el más pequeño del grupo, levantó la mano y dijo:
"Podemos mostrarte qué es la Navidad. ¡Te invitamos a nuestra fiesta!"
A Teror le sorprendió esta invitación. Nunca había sido bienvenido a una celebración. Con una gran resistencia, aceptó el reto.
"Está bien, iré a su fiesta, pero no esperen que me emocione", dijo con tono desafiante pero con un atisbo de curiosidad.
La gran noche de la fiesta llegó. Los niños habían preparado gran cantidad de sorpresas: juegos, música y una gran mesa llena de deliciosas comidas. Durante la celebración, un reno, que era la mascota del pueblo, hizo una travesura y se llevó un sombrero de copa de Papá Noel por accidentemente.
"¡Atrapémoslo!", gritó uno de los niños.
La búsqueda del reno se convirtió en una gran aventura. Todos los niños, incluido Teror, corrían riendo, tratando de atrapar al reno travieso.
"¡Vamos, que no se escape!", exclamó XIM mientras todos perseguían al reno.
"Quizás un poco de diversión no esté tan mal después de todo", musitó Teror para sí mismo mientras se unía al juego.
Finalmente, después de muchas risas y giros inesperados, lograron atrapar al reno. Todos estaban agotados pero felices, y se sentaron a descansar. En ese momento, algo maravilloso sucedió.
"Gracias por hacerme sentir parte de esto", dijo Teror, sorprendido por la calidez que sentía en su corazón.
"La Navidad es sobre sentirse junto a otros, en comunidad", respondió Luis con una gran sonrisa.
Teror miró a su alrededor y se dio cuenta de que nunca había tenido amigos tan cercanos. Aprendió que la verdadera magia de la Navidad no estaba en los regalos, sino en compartir, amar y reír juntos.
"Tal vez este año me compre unas luces para casa", se atrevió a decir, aunque le costó emocionarse.
Cuando Papá Noel pasó esa noche, Teror se sintió más feliz que nunca, y le sonrió sabiamente mientras compartía algunas galletas con los niños.
"Nos veremos el próximo año. ¡Esto de la Navidad es algo que quiero repetir!", dijo divertido.
Desde entonces, Teor se unió a los niños cada Navidad, convirtiéndose en un amigo querido en el pueblo de Navidad, y la fiesta se llenó de alegría y amistad.
Así aprendió que la Navidad no solo se trata de recibir, sino de dar, compartir y, sobre todo, disfrutar de estar juntos.
FIN.