La Aventura de los Tres Primos y su Amigo Canino
Era una tarde luminosa en el barrio cuando los tres primos, Valen, Lía y Rami, decidieron salir a jugar al parque. Mientras caminaban, escucharon un ladrido emocionante. -
- ¿Escucharon eso? -preguntó Lía, con los ojos brillando de curiosidad.-
- Sí, suena como un perro -dijo Valen, mientras señalaba un arbusto cercano.
Juntos se acercaron y, para sorpresa de todos, encontraron un encantador perro de pelaje marrón y ojos brillantes que movía su cola con alegría. -
- ¡Hola, perrito! -exclamó Rami, agachándose para acariciarlo.-
- ¿Qué te parece si lo llevamos a jugar con nosotros? -sugirió Lía, emocionada.
Los primos decidieron llamarlo “Rayo”, porque corría con una velocidad increíble. Rayo se unió a su aventura y enseguida comenzaron a jugar a la pelota. -
- ¡Mirá cómo corre! -gritó Valen, viendo a Rayo atrapar la pelota en el aire.
- ¡Es rapidísimo! -respondió Lía, riendo mientras aplaudía.
De repente, Rayo dejó caer la pelota y se puso a olfatear el suelo. -
- ¿Qué le pasará? -se preguntó Rami. Justo en ese momento, un grupo de niños se acercó, mirando a Rayo con curiosidad. -
- ¡Ese es mi perro! -dijo una niña pequeña, corriendo hacia ellos.-
- ¿Es tuyo? -preguntó Lía, sorprendida.-
- Sí, se llama Toby. Se escapó cuando estábamos jugando en el parque. -La niña parecía angustiada. -
- No te preocupes, lo cuidamos hasta que llegues. -dijo Valen, decidido.
Los primos, junto a la niña, decidieron jugar todos juntos mientras esperaban a que llegaran los padres de Toby. Con cada juego, establecieron un lazo especial. Jugaron a las escondidas y a la carrera, mientras Rayo y Toby corrían felices. -
- No hay nada como jugar con amigos y mascotas -comentó Rami con una gran sonrisa.
Pasada una hora, unos adultos llegaron, y la niña fue corriendo hacia ellos. -
- ¡Mamá, mamá! ¡Aquí está Toby! -gritó llena de felicidad.-
Los primos se acercaron también, felices de haber ayudado. -
- ¡Gracias por cuidar a Toby! -dijo la madre de la niña con una gran sonrisa.-
- Fue un placer, ¡tiene mucha energía! -respondió Lía, mientras acariciaba a Rayo.
Antes de irse, la niña se volvió hacia los primos y dijo: -
- ¿Quieren jugar con nosotros la próxima vez?
- ¡Sí! -respondieron todos al unísono. -
- Tal vez podamos organizar una tarde de juegos en el parque -sugirió Valen.
Los tres primos se despidieron de Toby y de la niña, pero antes de irse, decidieron hacer algo especial. -
- Vamos a juntar comida y juguetes para los animales de la perrera -propuso Rami con entusiasmo.
- ¡Es una gran idea! -exclamó Lía, y enseguida todos acordaron ir al almacén a comprar lo necesario.
Tras la compra, organizaron una pequeña recogida en su barrio. -
- ¡Haremos que todos puedan tener un juguete o comida! -dijo Valen emocionado.
- ¡Sí! -respondieron los demás, llenos de entusiasmo.
Con el tiempo y el esfuerzo, lograron juntar muchas cosas. El día de la entrega, los primos se sintieron muy felices de ver tantas colitas moviéndose en señal de agradecimiento en la perrera. -
- ¡Miren cuántos perritos hay! -gritó Lía, llenándose de alegría.-
- Cada uno merece una familia -dijo Rami, mientras daba una golpeteada a un perrito que miraba con curiosidad.
Al volver a casa ese día, los primos se sintieron como verdaderos héroes. -
- No solo jugamos hoy, sino que también ayudamos a otros animales -reflexionó Lía.
- ¡Sí! Hicimos nuevos amigos y ayudamos a los que más lo necesitan. -añadió Valen con una sonrisa enorme.
- Siempre hay algo bueno que podemos hacer, ¿no? -preguntó Rami.
- ¡Exacto! -dijeron juntos, llenos de alegría y satisfacción por lo que habían logrado.
Y así, Valen, Lía y Rami aprendieron que el verdadero valor de un juego no sólo está en la diversión, sino en las conexiones que creamos y en cómo podemos ayudar a los demás, incluyendo a nuestros amigos animals.
Desde ese día, cada vez que salían a jugar, pensaban en lo que podían hacer para ayudar a otros y se divertían aún más juntos con Rayo y todos sus nuevos amigos animals.
FIN.