La Aventura de los Unicornios
Era una mañana brillante y soleada cuando Martina y su prima Carla decidieron aventurarse en el bosque cercano a su casa. Entre risas y juegos, las dos niñas hablaban sobre su amor por los unicornios. Siempre habían soñado con tener un encuentro mágico con esas criaturas fantásticas.
"¿Te imaginas que un unicornio venga a buscarnos, Carla?" - decía Martina con los ojos llenos de ilusión.
"¡Sería increíble!" - respondía Carla. "Podríamos montar en su lomo y explorar el cielo."
Mientras caminaban por el sendero cubierto de hojas, de repente, un susurro inquietante comenzó a llenarlo todo. Las ramas parecían moverse, y un silencio profundo invadió el bosque. Las niñas se miraron preocupadas.
"¿Escuchaste eso?" - preguntó Martina, aferrándose a la mano de Carla.
"Sí, es como si algo no estuviera bien..." - respondió Carla, sintiendo un escalofrío.
Y justo en ese momento, un dragón malvado apareció entre los árboles, con escamas brillantes y ojos lujuriosos. El dragón lanza una risa aterradora.
"Soy el Dragón de la Montaña Oscura, y he venido a robar todos los sueños hermosos de este bosque. ¡Nadie puede detenerme!" - rugió el dragón, llenando el aire con su aliento áspero.
Las niñas sintieron miedo, pero en sus corazones había una chispa de valentía.
"¡No puedes llevarte nuestros sueños!" - gritó Martina, aunque temblaba.
"¡Exactamente!" - agregó Carla, alzando la voz "¡Los unicornios y la magia son más poderosos que tú!"
El dragón, sorprendido por la audacia de las dos chicas, se rió a carcajadas.
"¿Unicornios? ¿Qué pueden hacer ellos contra mí?" - dijo con desdén.
Pero en ese mismo instante, un resplandor apareció entre los árboles, y un hermoso unicornio blanco, con un cuerno dorado destellante, salió a su encuentro. Su presencia llenó de luz el bosque.
"Soy Lúmen, el unicornio guardián del bosque. He escuchado sus valientes palabras y he venido a ayudarles." - anunció el unicornio, moviendo su cola radiante.
"¡Gracias, Lúmen!" - exclamaron las niñas, sintiendo su valentía crecer.
"Para vencer al dragón, debemos unir nuestras fuerzas. Cada uno de ustedes tiene su propio poder: la valentía de Martina y la inteligencia de Carla. Juntas, pueden crear una luz que desbanque la oscuridad del dragón." - dijo Lúmen con confianza.
Martina y Carla, motivadas por el unicornio, se concentraron y unieron sus manos. Inmediatamente, una luz mágica comenzó a brillar entre ellas. El dragón se sorprendió al ver la luz brillante.
"¿Qué es esto?" - preguntó, aunque en su voz se notaba el temor.
"¡Es nuestra unión!" - gritó Martina.
"¡Y nuestro amor por el bosque y los unicornios!" - añadió Carla, sintiendo la fuerza dentro de sí misma.
Con una explosión de alegría y amistad, las chicas levantaron sus manos y la luz se intensificó, dirigiéndose hacia el dragón. La luz comenzó a encerrar al dragón, envolviéndolo en un brillo colosal.
"¡No, no! ¡Esto no puede estar sucediendo!" - gritó el dragón, pero ya era demasiado tarde. La luz lo ató, y en un destello, el dragón se transformó en una pequeña nube de humo, que luego se disipó.
Las niñas respiraron aliviadas, y Lúmen sonrió orgulloso.
"¡Lo lograron! Han demostrado que el verdadero poder está en la valentía y la amistad. Nunca olviden que juntos pueden enfrentar cualquier desafío."
Martina y Carla se abrazaron, llenas de felicidad. Habían aprendido que, aunque el miedo puede ser grande, la unión y la confianza en uno mismo pueden superar cualquier adversidad. A partir de ese día, se convirtieron en las protectoras del bosque y de los unicornios. Juntas, vivieron muchas más aventuras, siempre recordando cómo la amistad puede iluminar hasta los momentos más oscuros.
Y así, entre risas, colores y fantasía, Martina y Carla continuaron explorando el bosque, sabiendo que siempre tendrían un unicornio a su lado y que juntas, podrían conquistar cualquier sueño que quisieran alcanzar.
Fin.
FIN.