La aventura de Luana y los mocos mágicos


Luana era una niña muy curiosa y alegre, pero un día se levantó con mocos y no se sentía muy bien.

Su mamá, preocupada, le preparó un delicioso té caliente y le dijo: -Luana, hoy vamos a convertir esos mocos en algo mágico. -¿En algo mágico? -preguntó Luana sorprendida. -Sí, en algo mágico. Vamos a hacerlo juntas. Primero, vamos a necesitar un poco de imaginación y diversión.

Luana asintió emocionada y su mamá la llevó a la sala, donde desplegaron una gran sábana en el suelo. -Ahora, cierra los ojos y piensa en algo hermoso y divertido -dijo la mamá de Luana. Luana imaginó un arcoíris brillante y un unicornio jugando en un prado.

Cuando abrió los ojos, vio que algo mágico estaba sucediendo: los mocos se estaban transformando en brillantes burbujas de colores. Luana rió emocionada y comenzó a soplar las burbujas por toda la sala, persiguiéndolas con alegría.

Su mamá se unió a la diversión y pronto toda la casa estaba llena de burbujas mágicas. Luana se sentía mucho mejor y aprendió que, a veces, con un poco de imaginación, incluso los momentos no tan divertidos pueden convertirse en algo mágico.

Desde ese día, Luana nunca más volvió a ver los mocos de la misma manera. Ahora los veía como una oportunidad para crear algo especial y divertido.

Y cada vez que se sentía un poco enferma, recordaba la aventura de las burbujas mágicas y sabía que, con un poco de imaginación, todo podía cambiar.

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