La Aventura de Lucas y el Pájaro Perdido
Era una hermosa mañana en el pequeño pueblo de Los Álamos, y Lucas, un niño de diez años apasionado por la naturaleza, no podía contener su emoción. Desde que tenía memoria, le fascinaban los pájaros; sus colores, su canto y la forma en que volaban libremente en el cielo. Eternamente curiosos, Lucas soñaba con conocer a cada uno de ellos.
Un día, después de aprender en la escuela todo sobre las aves, decidió que necesitaba vivir una aventura. "Hoy es el día,"- se dijo a sí mismo mientras miraba por la ventana del aula. Al cabo de unos minutos de espera, decidió que no podía resistir más. "¡Me escapo!"- pensó, emocionado. Esa misma tarde, tras el timbre del recreo, Lucas salió corriendo del colegio.
Al llegar al bosque cercano, se llenó de alegría al escuchar los trinos y el susurro de las hojas. Entre árboles y arbustos, decidió que iba a cazar a un pájaro hermoso para tenerlo de mascota. "¡Seguro que hay uno por aquí!"- exclamó, mirando hacia arriba.
No pasó mucho tiempo hasta que sus ojos se posaron en un ave espectacular. Tenía plumas de un azul brillante y un amarillo lumínico, como los colores del atardecer. Lucas se acercó en silencio, tratando de no asustarlo.
Sin embargo, cuando estaba a punto de tocarlo, el pájaro salió volando como un relámpago. "¡Espera!"- gritó Lucas, persiguiéndolo a través del bosque.
Al correr detrás del pájaro, perdió la noción del tiempo y del lugar donde se encontraba. Al final, tras varios intentos de acercarse, se dio cuenta de que estaba perdido. Se detuvo, aturdido y asustado, y sintió una lágrima caer por su mejilla. "No sé cómo volver a casa..."- sollozó.
Fue en ese momento que escuchó un ruido entre los arbustos. De inmediato, se asustó. "¿Quién está ahí?"- preguntó con voz temblorosa. Desde la distancia, apareció un hombre mayor con una barba canosa y una sonrisa amable. "Soy Jorge, no temas. ¿Qué te pasa, pequeño?"-
Lucas, aún sollozando, le explicó su aventura de cazar pájaros y cómo se había perdido. Jorge lo escuchó atentamente. "Entiendo. Es fácil perderse en el bosque. Te enseñaré cómo volver a casa, pero antes... ¿Sabías que los pájaros son seres libres y no deberían estar enjaulados?"-
Lucas se quedó en silencio por un momento. Nunca había pensado en eso. "Yo solo quería tener uno como mascota..."- respondió, dubitativo.
"Los pájaros son felices cuando vuelan, no cuando están atrapados, Lucas. Quizás, en lugar de querer tener uno, podrías ser su amigo al observarlos en su hábitat natural. Hay tanto que aprender de ellos, y a veces lo mejor que podemos hacer es dejarlos ser libres."- dijo Jorge mientras guiaba a Lucas de regreso al camino.
Juntos, empezaron a caminar, observando a los pájaros volando alegremente. Lucas decidió que en lugar de cazar, empezaría a dibujar a los pájaros que encontrara. "Voy a ser un artista de aves,"- dijo emocionado. Jorge sonrió y asintió con la cabeza, "Eso suena maravilloso. Te aseguro que hay mucha belleza en la naturaleza que puedes capturar."-
Después de un tiempo, llegaron a la entrada del bosque. Lucas se sintió aliviado y agradecido. "Gracias, Jorge. Nunca olvidaré lo que me dijiste."- El hombre le palmeó la espalda y le sonrió. "Recuerda, siempre hay más en la vida de lo que parece, especialmente en el mundo de los pájaros."-
A partir de ese día, Lucas nunca más quiso atrapar un pájaro. En vez de eso, se dedicó a observar, dibujar y aprender sobre ellos. Creó un libro de aves, repleto de dibujos y pequeños datos que compartía con sus amigos en la escuela. Y cada vez que sentía el deseo de atrapar un pájaro, recordaba las sabias palabras de Jorge y sonreía, sabiendo que sus nuevas amistades volaban libres, felices como siempre debían ser.
Y así, la pequeña aventura de Lucas se transformó en una hermosa relación con la naturaleza, recordándole siempre que lo más bello de la libertad es poder compartirla con otros.
FIN.