La Aventura de Lulú y sus Amigos



En un pequeño y alegre pueblo, vivía una niña llamada Lulú. Ella tenía un hermoso corazón lleno de luz y siempre le gustaba compartirla con todos sus amigos. Un día, mientras jugaban en el parque, un misterioso anciano se acercó a ellos con una gran sonrisa.

"Hola, niños, ¡me alegra verlos sonreír!" - dijo el anciano.

"¡Hola! ¿Quién sos?" - preguntó Tomi, uno de los amigos de Lulú.

"Soy el Señor Luces, un viajero que recorre el mundo buscando a quienes pueden ser verdaderas luces en la oscuridad" - explicó el anciano.

Los niños estaban muy intrigados.

"¿De qué hablás con eso de luces?" - preguntó Lulú.

"Ah, mi querida Lulú, hoy en día, muchos celebran una fiesta llamada Halloween, pero no todos saben que a veces hay más sombra que luz en esa celebración" - dijo el Señor Luces.

Los amigos se miraron entre sí, un poco confundidos.

"Pero, ¿por qué no podemos festejarlo?" - preguntó Sofi, una niña con coletas.

"Porque como dice la Biblia en Efesios 5:8: 'Antes erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor. Andad como hijos de luz'. A veces, lo que parece divertido puede esconder cosas que no son buenas para nuestro corazón" - respondió el anciano.

"¿Puedes explicarnos más?" - dijo Lulú, con curiosidad.

El Señor Luces sonrió y les contó sobre unas criaturas llamadas “Sombras”, que se escondían en la oscuridad, tratando de asustar a los niños.

"Las Sombras intentan hacernos olvidar que podemos ser luz, que podemos brillar y ser amigos de cada persona, ayudando y compartiendo amor" - dijo el anciano.

Intrigados, los niños decidieron hacer algo al respecto.

"¡Vamos a hacer una fiesta de luz!" - propuso Lulú.

"¡Sí! Podemos invitar a todos nuestros amigos y familiares!" - agregó Tomi emocionado. El Señor Luces sólo sonrió y asintió.

Comenzaron a planear su fiesta. Trajeron luces de colores, hicieron manualidades que brillaban, y prepararon deliciosos dulces.

"Esta será una fiesta donde todos puedan sentirse felices y llenos de luz" - explicó Lulú mientras decoraban el parque.

La noche de la fiesta llegó. Cada rincón del parque estaba iluminado con luces brillantes y sonrisas resplandecientes. Niños de todo el pueblo vinieron.

"¡Esto es mucho mejor que un Halloween!" - gritó Sofi, mientras bailaba con sus amigos.

"Sí, aquí sólo hay amor y alegría" - exclamó Tomi.

Justo cuando todos estaban disfrutando, las Sombras llegaron, queriendo apagar la luz. Pero el Señor Luces caminó entre la multitud.

"¡Deténganse!" - les dijo con voz firme.

"¿No saben que aquí hay una luz tan fuerte que no pueden apagarla?"

Los niños, llenos de valor, se unieron y empezaron a cantar y a bailar. Las Sombras, asustadas por la luz y la alegría, comenzaron a desvanecerse.

"¡Nunca más volveremos!" - gritaron, huyendo a la oscuridad.

Los niños rieron y celebraron su victoria.

"Miren lo que hicimos al unirnos y brillar juntos!" - dijo Lulú, con una gran sonrisa.

"¡Es verdadero! Ser luz no sólo significa brillar, también significa ayudar a otros a brillar" - añadió Tomi.

El Señor Luces se despidió, satisfecho de ver tan bonita demostración de luz y amistad.

"Recuerden siempre que pueden ser luz en el mundo, donde quiera que vayan" - les dijo.

A partir de ese día, Lulú y sus amigos supieron que en lugar de Halloween, podrían celebrar cada día como una oportunidad para ser luz y amar a los demás. ¡Su pequeña ciudad nunca había estado tan iluminada! Y por siempre recordaron, que donde hay luz, las sombras no pueden existir.

¡Fin!

FIN.

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