La aventura de Luzmila y Chispita



Luzmila era una niña muy alegre y curiosa que vivía en un pequeño pueblo rodeado de montañas. Ella tenía un perrito llamado Chispita, quien era su mejor amigo y compañero de aventuras.

Un día, Luzmila decidió ir a explorar el bosque que estaba detrás de su casa con Chispita a su lado. Mientras caminaban por el camino, escucharon un ruido extraño que venía del otro lado del arroyo. "¿Qué es ese ruido?", preguntó Luzmila emocionada.

"¡Guau! ¡Guau!", respondió Chispita moviendo la cola. Luzmila y Chispita cruzaron el arroyo saltando sobre las piedras y llegaron al lugar donde provenía el ruido. Allí encontraron a un pequeño zorrito atrapado en una trampa para animales.

"¡Oh no! ¡Pobrecito!", dijo Luzmila preocupada. Chispita se acercó al zorrito y comenzó a ladrar para llamar la atención de alguien que pudiera ayudarlo.

Minutos después, apareció Don Juan, un anciano sabio del pueblo conocido por ser amante de los animales. "Hola Luzmila, ¿qué ha pasado aquí?", preguntó Don Juan mientras examinaba la trampa. "Encontramos a este zorrito atrapado", respondió Luzmila señalando al animalito asustado.

Don Juan liberó al zorrito con cuidado y lo sostuvo en sus brazos mientras explicaba:"Esta trampa fue colocada por cazadores furtivos que quieren cazar animales salvajes para vender su piel en el mercado negro. Pero es nuestro deber proteger a estos animales y denunciar cualquier actividad ilegal".

Luzmila asintió con la cabeza mientras acariciaba al zorrito que ahora estaba más tranquilo. "Don Juan, ¿podemos llevarlo a mi casa y cuidarlo hasta que se recupere?", preguntó Luzmila con ternura. "Por supuesto, querida.

Será un gran compromiso pero estoy seguro de que tú y Chispita lo harán muy bien", respondió Don Juan sonriendo. Luzmila llevó al zorrito a su casa donde lo alimentaron, le dieron agua y le proporcionaron una cama cómoda para dormir.

Chispita también ayudó a cuidar al nuevo amigo de la familia. Con el tiempo, el zorrito se recuperó completamente gracias a los cuidados de Luzmila y Chispita.

Además, aprendió muchas cosas nuevas sobre la vida en el bosque gracias a las aventuras diarias que compartía con ellos. Luzmila entendió la importancia de proteger a los animales salvajes y denunciar cualquier actividad ilegal para evitar daños irreparables en la naturaleza.

Y así, ella y Chispita siguieron explorando el bosque juntos todos los días, siempre dispuestos a ayudar a cualquier animal necesitado que encontraran en su camino.

FIN.

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